La crisis del coronavirus tendrá un impacto negativo del 1,5% sobre el Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León y provocará la pérdida de 14.683 puestos de trabajo, lo que supone que la tasa de desempleo se elevará en un 0,9%, según un estudio publicado por el Centro de Predicción Económica (Ceprede).

El documento, recogido por Ical, destaca que la declaración del estado de alarma, con la restricción de movimientos de la población y el cierre de una gran cantidad de comercios está generando una contención del consumo privado cuyos impactos finales afectarán al crecimiento diferencial de las comunidades autónomas.

En el caso de Castilla y León, el COVID-19 mermará el PIB un 0,9% de forma directa, un 0,5% indirectamente y un 0,1% de forma inducida; en total, un 1,5 por ciento, por debajo del impacto nacional, que se eleva hasta el 1,7%.

Por sectores, el mayor impacto de esta crisis lo sufrirá la hostelería, con un retroceso del 7,1%, y la pérdida de 4.050 empleos, seguida por la industria textil, que sufrirá un impacto del 7%, con 282 trabajadores que se quedarán en la calle. Asimismo, el análisis indica que el sector comercio y reparación menguará un 2,7%, el transporte un 2,1%, con pérdidas de 3.726 y 697 empleos, respectivamente.

Ceprede también considera que la industria manufacturera, la de producción de maquinaria y equipo mecánico y la de la madera y el corcho, menguarán un 1,8% por la pandemia, y perderán 238, 79 y 99 puestos, en cada caso.

El coronavirus tendrá un impacto del 1,4% además, en la industria del papel y la edición, y en la de la alimentación; y del 1,3% en la agricultura y la ganadería, con 132, 488 y 838 empleos destruidos.

Por último, la Administración pública y defensa sufrirá un impacto del 0,6%, la industria química del 0,3% y la construcción del 0,2%, y perderán 1.221, 15 y 188 empleos, respectivamente.

Por autonomías, los efectos regionales recorren un amplio rango, con máximos en Baleares o Canarias, del orden del 2,7 y del 2,1%, respectivamente y mínimos localizados en Ceuta y Melilla, en torno al 1,1%. Conjuntamente se podrían destruir unos 300.000 puestos de trabajo, siendo Cataluña, con unos 60.000, seguida de Madrid (52.000) y Andalucía (46.000), las comunidades más casgadas en términos absolutos.