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Castilla y León es una de las cinco comunidades que cumple con la ratio de contar con cinco plazas residenciales por cada cien personas mayores, con 7,85, y es la única que cumple ese indicador de plazas públicas, con 6,08 por cada centenar de personas de más de 65 años. Este dato supone que Castilla y León supera en 17.377 plazas la ratio de 5 por cada cien mayores de 65 años, según los datos aportados por la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales que, con los últimos datos facilitados por el Imserso, ha analizado la situación por comunidades autónomas.

En concreto, en Castilla y León había a final de 2018 un total de 47.798 plazas residenciales, tanto públicas como privadas, en una Comunidad en la que el 77% de las plazas tienen financiación pública, esto es más de tres cuartas partes.

Por contra, en España faltan más de 70.000 plazas residenciales para los nueve millones de personas mayores de 65 años que residen en el país, consecuencia de que solo cinco comunidades autónomas cumplen con la ratio de tener cinco plazas de estas características por cada cien personas mayores.

En Castilla y León las plazas han ido en incremento constante desde el 2010, cuando había en la Comunidad 42.725, hasta llegar a esas 47.798, casi un 12% más. Así, Castilla y León cuenta con 608.428 mayores de 65 años y la oferta es de 702 residencias, con 195 públicas y 507 privadas, con 37.015 plazas de financiación pública y 10.783 privada.

El coordinador de Estudios de la Asociación, Gustavo García Herrero, ha explicado que los datos y el modelo de Castilla y León son positivos aunque el problema de esta Comunidad es "la distribución de las plazas en un territorio muy disperso".

Herrero, que conoce bien Castilla y León, ya que es de Navaleno, en Soria, donde vivió el cierre de la residencia de mayores de la localidad, ha valorado el modelo "En mi casa" que promueve la Junta de Castilla y León aunque ha invitado a "reflexionar sobre la distribución de plazas", con residencias más pequeñas de una docena plazas, que compartan director con otras y tengan como referencia otra más grande. Se trata de evitar espacios residenciales masificados para buscar que los mayores sean felices ya que hay "que romper con el modelo hospitalario".