La Sala de Exposiciones del Museo de la Pasión de Valladolid acoge hasta el próximo 1 de septiembre la exposición "Las mujeres de Goya. Grabados de un época", que reúne 85 grabados del maestro aragonés pertenecientes a sus series más importantes: "Los caprichos" (1799), "La tauromaquia" (1814-1816), "Los desastres de la guerra" (1810-1820) y "Los disparates o proverbios" (1815-1824).

“La riqueza de los grandes creadores es su contemporaneidad permanente”, apuntó el responsable de Museos y Exposiciones de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, Juan González-Posada, que aseguró que, viendo los grabados que conforman la muestra y leyendo los textos que los acompañan, “en realidad hoy se diría que Goya era un feminista”.

La exposición, según explicó, ha sido creada ex profeso para Valladolid, a partir de fondos procedentes de colecciones privadas, y los grabados que ahora se pueden contemplar a orillas del Pisuerga proceden de la la quinta edición que se realizó de "Los caprichos", de la séptima de "La tauromaquia", la segunda de "Los desastres de la guerra"y la tercera de "Los disparates o proverbios" (1815-1824).

En la presentación, González-Posada estuvo acompañado por el especialista en Goya Wifredo Rincón, que aseguró que el maestro aragonés “es un gran referente en la cultura universal, un hombre moderno, actual”, y que sobre su “inmensa obra se pueden lanzar diferentes miradas”.

Sobre el tema de la exposición, Román aseguró que “pocos artistas como él supieron alejarse de la idea de la mujer únicamente como musa para representarla en diferentes facetas”, y apuntó que Goya “se manifiesta de una manera más libre y personal en sus series de grabados, en los que trabajó a lo largo de muchos años”.

Así, en estos grabados se puede ver a “mujeres valientes”, como Agustina de Aragón o "La Pajuelera", la única mujer que aparece en los 40 grabados que conforman su serie dedicada a la tauromaquia. Además, muestra “la cara más amarga de la realidad femenina de su época, abordando temas como la prostitución o la misoginia”.

Román explicó cómo Goya, a lo largo de su vida, se acercó al universo femenino desde varios ángulos. Así, señaló que en los retratos que realizó plasmaba la realidad pero dejando traslucir “sentimientos”, algo que se aprecia en la “cercanía o lejanía” con que se aproximaba a sus protagonistas. “no realizaba retratos estereotipados de la mujer, sino aislándolas de otros personajes”.

Según comentó, en sus lienzos sobre santas también intentó presentarlas como seres “cercanos” y también se aproximaba a las alegorías “desde la intimidad”.

Román comentó que en "Los disparates o proverbios" Goya interpreta “la noche, el carnaval y lo grotesco, representando entre otras cuestiones los matrimonios forzados, las infidelidades y el papel de las celestinas”, mientras que en "Los desastres de la guerra" el tema central es la muerte, si bien dentro de la serie pueden diferenciarse tres bloques temáticos: la guerra, el hambre y el periodo absolutista que se abre en España tras el regreso de Fernando VII.

Por último, en "Los caprichos", que conforma la serie “más importante y abundante” de grabados de Goya (la integran 80 estampas), el pintor realiza una “sátira de la sociedad española de finales del XVII, prestando especial atención al clero y la nobleza”.

Según comentó, el miedo a la posible intervención contra él de la Inquisición hizo que el artista maño retirara del mercado esta serie tras solo 14 días para entregar las planchas originales al monarca a cambio de una pensión para su hijo

. En esas piezas que se pueden admirar ahora en la planta baja del Museo de la Pasión, Goya realiza “sátira social y erótica” en lo que Román calificó como “un retablo de los vicios y defectos humanos”, que posteriormente influyó de forma muy notable en distintas corrientes artísticas como el romanticismo francés, el expresionismo alemán o los surrealistas.