No es una nevada cualquiera. Más de un metro y medio de grosor. Todo el mundo habla de ello en las atascadas calles de Barruelo de Santullán, un pueblo de la montaña de Palencia que desde el 3 de febrero vive aislado por la nieve y que ayer "disfrutó" su primer día de sol y calma después de la tormenta.

Ante esta situación de aislamiento, agentes de la Guardia Civil, a bordo de helicópteros, repartieron ayer alimentos y medicinas en las poblaciones del norte de la provincia de Palencia que están aisladas por carretera o tienen un acceso complicado a consecuencia del temporal de nieve.

A lo largo de la mañana, una vez que el temporal comienza a remitir, efectivos del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) con base en Sabero (León) y del Servicio Aéreo, con base en León y La Coruña, han estado repartiendo alimentos desde el aire, según informó la Guardia Civil.

Concretamente se ha hecho entrega de alimentos para la población y medicamentos para los animales en la localidad de Celada de Roblecedo, y alimento para los animales en Perazancas, San Juan de Redondo y Tremaya, en la Montaña Palentina.

Ayer continuaba siendo muy complicado el acceso a Piedrasluengas por el riesgo de aludes.

Por eso desde primeras horas del día se activó un operativo para llegar en helicóptero a las zonas complicadas y garantizar la atención que pudiera requerir la población de Piedrasluengas en particular y de toda la zona afectada en general.

El delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano, no descartó ayer la declaración de zona catastrófica para los municipios más afectados por el temporal de nieve, pero puntualizó que el Gobierno ya dispone de líneas de ayuda para paliar los daños de las nevadas a través de los ministerios del Interior y de Agricultura.