El presidente de la Junta Vecinal de Vidrieros, Juan Isidro, contesta al teléfono porque reside en Cervera de Pisuerga. Denuncia que desde hace una semana los pocos vecinos que permanecen en la pedanía, entre 12 y 18, carecen de línea en el teléfono fijo y resulta imposible contactar con ellos por móvil. Viven en uno de los pueblos incomunicados por el temporal de frío y nieve en Palencia, Castilla y León.

Asegura que, además, la falta de electricidad no es algo puntual, llevan también varios días sin este básico suministro. No ha podido hablar con ninguno de sus convecinos por teléfono ni posibilidad de acceder al pueblo por carretera, pero asegura con cierto alivio y resignación que todos tienen en sus casas chimeneas con las que calentar las largas y solitarias horas del duro temporal.

Imposible hablar con Francisca de la Gala, presidenta de la Junta Vecinal de Alba de los Cardaños ni José Díez, de Triollo, a las llamadas a sus teléfonos fijos responde el agudo y ensordecedor pitido con el que se indica al emisor que no hay línea para contactar con el receptor.

Sí contesta al teléfono Ana Cuesta porque tampoco reside en Cardaño de Abajo, donde regenta una casa rural. Ana asegura que son muy pocas las personas que viven en pueblo; algún que otro ganadero que por suerte tiene vacas de carne y no de leche a las que ordeñar diariamente dos veces porque sin electricidad la tarea podría ser larga y penosa. Se muestra muy preocupada por la situación en la que se encontrará cuando pueda llegar; su establecimiento rural mantiene siempre con la calefacción para evitar que sufra las consecuencias de las temperaturas extremas, explica. En un largo discurso sobre las pésimas condiciones en las que tienen que vivir los vecinos de la zona en invierno hace un alto para acordarse de los ciervos a los que, entre apenada y enfadada, está viendo morir por falta de alimento. La llamada es, asimismo, respondida por Dani, el propietario de la otra casa rural de Cardaño de Abajo. Coge el auricular en Guardo, aclara, donde vive habitualmente. Dice que ha echado las raquetas al coche para intentar llegar a su casa pero que cuando se ha ido a subir al vehículo le han dicho que la máquina quitanieves ha dado la vuelta a la altura del pantano de Camporredondo.