La Fiscalía Provincial de Zamora ha abierto diligencias de investigación por un vertido lácteo a través de un canal que desemboca en el río Esla, en el término municipal de Castrogonzalo, y del que sería responsable la empresa Lácteas Cobreros, según ha confirmado fuentes judiciales.
La investigación se ha abierto a partir de una denuncia del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil.
El Ayuntamiento de Castrogonzalo puso en su día estos hechos en conocimiento del Seprona y de todas las administraciones, y ha documentado gráficamente distintos puntos del vertido. Por ello ha abierto un expediente sancionador.
El vertido llega desde el canal hasta la arqueta de desagüe en el Esla, arqueta que según han confirmado fuentes municipales corresponde a al punto de desagüe de la empresa y tendría que estar ya conectada a la depuradora de la fábrica a través de un nuevo colector.
Tras la construcción de la nueva EDAR de Castrogonzalo, las dos empresas, previa comunicación municipal con meses de antelación, fueron desconectadas de la red de saneamiento del municipio. La normativa les obliga a tener sus propias depuradoras y sus redes individuales de saneamiento, un emisario que conduzca el agua depurada al río Esla.
Hace semanas el Ayuntamiento detectó manchas blancuzcas en el Esla y también malos olores, extremo este por el que los vecinos de la localidad se han quejado. Los malos olores habrían desaparecido pero el vertido al río Esla continúa y algunos vecinos lo están documentando con vídeos que difunden en las redes sociales.
Hace dos semanas el Ayuntamiento informó de que había pedido ayuda a todas las administraciones para que mediaran a fin de que “las dos industrias lácteas regularicen su situación por el bien del pueblo, de los trabajadores y del medio ambiente”.
Hasta ahora, los vertidos industriales le costaban a Castrogonzalo 34.000 euros de canon anual a la Confederación Hidrográfica del Duero sin contar las multas. El canon con la nueva EDAR es de 1.243 euros al año.
