"Ellas son la revolución" es el testimonio, con nombre y apellidos, de las mujeres afganas que luchan por su futuro contra el dominio talibán.
Amnistía Internacional ha montado esta mañana en el Centro Cultural Soledad González (Casa Solita) una muestra con seis paneles gráficos en los que se pueden leer testimonios de mujeres que han visto recortados sus derechos por el Gobierno talibán o han tenido que exiliarse para salvar sus vidas.
La exposición, que puede visitarse hasta el próximo sábado, coincide con la presentación de una moción de apoyo elevada por la ONG al Ayuntamiento de Benavente para su debate y votación en la próxima sesión plenaria del próximo día 25.
"Se trata de dar visibilidad a las mujeres y niñas afganas que están viendo vulnerados sus derechos", explica Álvaro Alonso, voluntario de Amnistía Internacional en Zamora.
Moción al Pleno
El contenido de la moción que se abordará en el próximo pleno municipal se sustenta en estas razones: Desde agosto, Amnistía Internacional ha dado máxima prioridad a la situación que están viviendo las mujeres y niñas afganas. Esta situación es consecuencia de la preocupación por sus derechos, que ya el anterior régimen talibán demostró no respetar y que ahora no parece que vaya a cambiar la situación.
Defensoras afganas de los derechos humanos de las mujeres y las niñas piden que desde la Comunidad Internacional no las abandonemos.
Piden que en las instancias internacionales y en cada uno de nuestros países les demos voz, que oigamos lo que ellas tienen que decir.
No se puede repetir que las mujeres quedan al margen de las decisiones que se toman, como pasó en las negociaciones para la paz entre el anterior gobierno afgano y los talibanes, antes de que estos tomaran el poder.
El 15 de agosto, los talibanes tomaron el poder en Afganistán. Y con eso, el control sobre los derechos humanos de las personas que viven allí, poniendo en riesgo, especialmente, a mujeres y niñas.
Hasta entonces, las mujeres y niñas afganas podían ir al colegio y universidades, ser dueñas de sus propios negocios y ocupar cargos políticos. Pero ahora, la gran mayoría tienen que quedarse en casa hasta que las leyes vuelvan a tenerlas en cuenta.
Es un porcentaje bajísimo de niñas el que puede ir al colegio y la segregación entre hombres y mujeres en las universidades está siendo un obstáculo para muchas mujeres jóvenes que quieren seguir estudiando para tener una carrera.
La persecución a mujeres no es sólo en la educación. Están limitando su derecho a la libertad de movimiento, libertad de expresión y asociación e incluso que puedan vestir como quieran.
Las mujeres afganas ya habían conseguido avanzar en muchos derechos durante los últimos 20 años a pesar de la inestabilidad política y el conflicto en Afganistán. Y ahora podrían perder todo lo que habían logrado con la presencia de los talibanes.