La celebrity benaventana Marta López no consiguió ser salvada en la gala del martes de Supervivientes y continúa entre los tres nominados que, esta noche, se enfrentan a la cuarta expulsión del programa de telerrealidad. La ex concursante de la segunda edición de Gran Hermano estuvo a punto de lograrlo, pero el cubo de barro cayó finalmente sobre su cabeza. Tras librarse Melyssa Pinto, ahora la benaventana se enfrenta a Omar Sánchez y Tom Brusse.

Su madre, Elisa Gil, agradecía ayer a “los zamoranos, a los benaventanos y a todos los que han votado por ella” el apoyo que le han brindado. Y, cómo no, y aunque asume que cada uno es libre, les anima a seguir apoyándola con su voto para que no resulte expulsada.

Pase lo que pase, explica, por lo menos ha logrado su ilusión de participar en este reality que emiten Telecinco y Cuatro. “Tenía muchas ganas de ir y ha cumplido su sueño”, comenta su progenitora que, confiesa, cuando ve a su hija pasando hambre en la isla hondureña sufre, “pero no lloro”. “Cuando veo que tienen hambre sí lo paso mal, como el otro día cuando tenían que comer lentejas y arroz crudo”, explica.

Argumenta como razón de peso para que su hija siga que está dándole “mucha vidilla” al programa. También, que es “muy trabajadora, fuerte e incansable”. Asegura que siempre ha llevado muy a gala ser benaventana. Vuelve a su tierra siempre que puede. “Viene bastante a ver a su padre porque está pachucho. Pero está poco porque trabaja mucho”, concluye.

Lea aquí las últimas declaraciones de Marta López sobre Zamora antes de partir rumbo a Honduras.