Este año, desde el decreto del Estado de Alarma, no está siendo fácil para nadie pero los vendedores de Benavente del mercadillo de la Cañada de la Vizana, prácticamente en su totalidad de etnia gitana, consideran que esta crisis está haciendo especial mella en ellos puesto que es en la gran parte de los casos el único ingreso que tienen para vivir y no cuentan con ahorros. Desde hace semanas se mantiene un estricto control a la entrada de la Cañada de la Vizana con la obligación de desinfección de las manos con gel hidroalcohólico. También mantienen el aforo reducido que les obliga a acudir a este mercado cada quince días. Ayer a las doce del mediodía apenas 400 visitas habían hecho entrada en el mercadillo, una cifra ínfima con lo habitual de los jueves de mercado en Benavente.

Las condiciones climatológicas de la jornada de ayer se lo han hecho ver aún “más negro”, aseguran. Y es que la proliferación de casos de COVID en Benavente y comarca ha echado para atrás a compradores habituales de este mercado. Ayer montaron sus puestos en algunos casos “para no vender nada”, “hoy no nos estrenamos”, lamentaba uno de los vendedores ambulantes. “Ni con buenos precios ni sin ellos, si la gente no viene poco vamos a vender o nada”, aseguraba una de las mujeres que ayer sí estuvo en el mercado.

Algunos aseguraban ayer que “no venimos al mercado con COVID, hay gente afectada pero están en casa, que es donde tienen que estar”, explicaba uno de los vendedores quien aseguraba que “yo cumplo con lo que me han mandado”.

Por otro lado, con relación a otro mercado, el de las frutas y verduras, el Ayuntamiento de Benavente ha iniciado ya el periodo cobratorio de tasas por ocupación de la vía pública y el de tasas por instalación de quioscos en la vía pública ejercicio 2020, que asciende a un importe total de 11.839,32 euros. El plazo cobratorio será hasta diciembre.