La pandemia obligó a las iglesias a cerrar y oficios religiosos, funerales, bodas, bautizos y comuniones y otros eventos, fueron suspendidos durante el decreto de alarma. La nueva normalidad ha permitido retomarlos pero con algunas variaciones. Este es el caso de las comuniones, que habitualmente se celebran en el mes de mayo. La COVID-19 las ha empujado hacia el verano y cada fin de semana de agosto y de septiembre se sucederán en las iglesias locales.

La parroquia de Santiago Apóstol ha sido la primera en celebrar una comunión. Un grupo de madres y padres se pusieron de acuerdo con el sacerdote para llevar a cabo una ceremonia reducida en la que finalmente participaron media docena de niños. Tuvo lugar este domingo a las 12.00 del mediodía con una aforo limitado a las familias. Los bancos se habían reservado por grupos de convivientes y la misa y la impartición del sacramento se llevó a cabo con la obligación de portar mascarilla.

Esta es la primera ceremonia que se celebra pero no será la única. En las distintas parroquias se han retomado las reuniones de padres con sacerdotes y catequistas para fijar fechas. En San Juan y en el Carmen de Renueva, además de en Santiago Apóstol, se prevé que se vayan sucediendo comuniones bien en agosto, bien en septiembre, aunque los grupos serán más reducidos que antes de la pandemia.

Como ocurrió en domingo en la parroquia de Santiago Apóstol, es previsible que los protocolos de seguridad se mantengan de la misma forma. Distancias de seguridad entre personas no convivientes y ocupación de bancos por familias. Uso de mascarilla y desinfección de todos los bancos y asientos una vez finalizada la ceremonia, cuando el público abandona ya la iglesia. Durante el oficio religioso están prohibidos los contactos incluso para cumplir algunos ritos religiosos. Darse la paz, motivo de estrechamiento de manos anteriormente, se resuelve ahora con un gesto de asentimiento entre fieles.

Que las comuniones de niños se celebren en el verano y no en la primavera, es una más de las consecuencias generadas por la COVID-19, que sigue marcando también la denominada nueva normalidad.

Durante el mes de junio tenía que haberse celebrado del domingo del Corpus Christi poniendo fin a las fiestas del Toro. Las segunda fueron suspendidas y la celebración religiosa, que incluye una procesión con niños por las calles del centro de la ciudad, tampoco se llevó a cabo.

En julio se celebra en novenario de la Virgen del Carmen en la parroquia del mismo nombre. Los oficios se han respetado y tienen lugar, por la mañana y por la tarde, aunque menor presencia de fieles.

Para llegar a todos los lugares posibles, el párroco de la Virgen del Carmen, Tomás Calero, retransmite la misa de las ocho de la tarde y la novena posterior a través de la red social Facebook.

La novena del Carmen comienza el 7 de julio y se prolonga hasta el día 15. Hay una misa por la mañana a las 9.00 horas y la ya citada a las 20.00 horas. Mañana miércoles, tras finalizar el novenario tendría que tener lugar la procesión de la Virgen del Carmen, que discurre por las calles del entorno de la iglesia. Sin embargo este año y pese a la gran devoción mariana que existe en Benavente, la procesión no tendrá llugar. Será la primera vez en mucho tiempo que la imagen de la Virgen del Carmen no salga a la calle para procesionar sobre un lecho de pétalos de rosas.