Miles de personas vivieron hoy desde sus balcones el día de la Virgen de la Vega, patrona de Benavente (Zamora) para respetar el confinamiento provocado por la crisis sanitaria, en vez de reunirse de forma multitudinaria para la tradicional petición del Toro Enmaromado.

En una Plaza Mayor completamente vacía, salvo por la presencia de algunos agentes de la Policía Municipal, el alcalde de Benavente, Luciano Huerga, salió al balcón del Ayuntamiento para dirigirse a los habitantes del municipio en un acto de "unidad y homenaje" a todas las personas que luchan contra el coronavirus, que han padecido la enfermedad y que han fallecido.

"Es un día absolutamente atípico. Las circunstancias son excepcionales y nos obligan a adaptarnos. La tradición es honrar a nuestra patrona y ahora tiene más sentido que nunca", aseguró, en declaraciones a la agencia Ical, tras pronunciar su discurso desde el edificio consistorial. "Tengo sentimientos encontrados y siento mucha tristeza por todas las personas queridas, fallecidas o enfermas. Queríamos hacer este homenaje a los fallecidos y a toda la gente que lucha para que estemos mejor, así como a los miles de personas que sacan lo mejor de sí mismas", añadió.

En este contexto, Luciano Huerga incidió en que la Virgen de la Vega y la petición del Toro Enmaromado son "símbolos" de la ciudad y en la "necesidad" de mantener una costumbre tan benaventana. "No he visto la plaza vacía, sino llena, más que nunca, de responsabilidad social, de tradición, historia, orgullo, ánimo y esperanza. La petición del toro desde los balcones es un clamor a la esperanza de que todo esto pase y de que consigamos salir adelante. Hoy ha quedado claro que son los vecinos los necesarios, mientras que el alcalde es contingente", indicó.

"La cuestión clave es que las personas tengan salud y la economía queda en segundo plano. Intentaremos hacer algo para paliar el daño económico que supone la crisis sanitaria en Benavente y en todo el mundo", concluyó.