Jose Rosillo es el presidente de la asociación gitana Caminando al Futuro quien asegura que estos momentos de crisis por la pandemia está azotando a la población gitana. Más del 80% de este colectivo se dedica profesionalmente a la venta ambulante en Benavente y desde que se decretara el Estado de Alarma han sufrido la falta de ingresos puesto que su actividad fue una de las primeras en dejar de realizarse al tratarse de escenarios donde se congrega numerosas personas. Rosillo hace hincapié en la necesidad de poner por delante la salud y quedarse en casa pero lamenta la falta de ingresos en estas semanas.

-¿Qué ha supuesto para ustedes el decreto del Estado de Alarma?

-Para nosotros ha supuesto lo mismo que para el resto de personas que ha tenido que dejar el ejercicio de su actividad. Nosotros el 80 por ciento ya no solo es que vivamos de los mercadillos, es que vivimos al día. Para nosotros esta cuarentena ha sido bastante fuerte. Lo estamos pasando mal económicamente,ay familias que no tienen para comprar alimentos. Muchos de nosotros no podemos ir y llenar los carros y la nevera y la despensa. Vivimos al día y esto nos ha hecho bastante daño.

-Por parte de la administración se han puesto en marcha iniciativas, ¿les ha llegado alguna ayuda?

-Sí, en eso sí que tenemos que agradecer al Ayuntamiento y en concreto al alcalde y el concejal de Servicios Sociales que han tenido sensibilidad con nosotros y t través de la Asociación Caminando al Futuro nos han echado una mano y nos han dado alimentos y gracias a ellos podemos subsistir estos días.

-¿Ha habido mucha demanda de esas ayudas?

-Sí porque ya había mucha gente que cuenta con las prestaciones de alimentos que da Cáritas o Cruz Roja, somos un sector que normalmente necesitamos estas ayudas. Pero en esta ocasión, gente que nunca opta a estas ayudas pues ha tenido que recurrir a ellas. Esto de no salir y no trabajar es un duro golpe para nosotros.

-Las celebraciones religiosas también han quedado suspendidas, ¿cómo las han adaptado a esta situación de cuarentena?

-Nuestra denominación como Iglesia Evangélica Philadelphia y las demás denominaciones evangélica ya antes del Estado de Alarma, del "toque de queda", ya se había reunido la directiva y decidió suspender cultos, reuniones y demás. Entonces nosotros hemos retirado en toda España todas estas reuniones. No lo llevamos mal, como todo el mundo supongo.

-¿Cómo suplen esas reuniones prácticamente diarias que suelen celebrar?

-Para nosotros es algo impresionante lo que está ocurriendo. Nosotros creemos que es Dios que está ahí. Estábamos preocupados por ver qué hacíamos nosotros sin nuestras reuniones, de diario y la gente sigue en reunión a través de Facebook. Hay comunicaciones todos los días de toda España-. Aquí en Benavente hacemos todos los días un encuentro e invitamos a gente de fuera a que hablen. Todo el mundo mandando versículos. Es impresionante de qué manera está actuando la gente y estamos muy conectados con el tema evangélico. El Evangelio para nosotros ha sido algo muy especial tanto para la religión como para ganar cultura y conocimiento.

-¿Cómo se lleva lo de no estar con la familia?

-Nosotros somos muy familiares y nos cuesta mucho pero tiene que ser así. Tenemos medios para comunicarnos y para hablarnos, pero hay que quedarse en casa. Hay videollamadas con los hijos y las hijas. Esto es así y tenemos que colaborar todo el mundo. Los gitanos también estamos expuestos al coronavirus, no solos inmunes. Tenemos miedo, como todo el mundo y tenemos una responsabilidad como tiene toda la sociedad. Esperando que pase pronto porque necesitamos trabajar.