Cientos de benaventanos cumplieron ayer con la tradición del Día de Todos los Santos homenajeando a sus difuntos y visitándolos en el cementerio. La del 1 de noviembre es, sin duda, la jornada que acoge la mayor afluencia de visitantes en el camposanto, aunque lo cierto es que ya desde el pasado fin de semana se ha visto un incremento sobre lo que viene siendo habitual, según explicaron personas asiduas al cementerio. En la jornada de ayer, desde primera hora de la mañana y durante todo el día, el cementerio se convirtió en punto de encuentro de familiares y amigos, y también de oración.

Flores en las sepulturas y nichos, grupos de gente conversando en los pasillos, otros cogiendo agua para los jarrones y también algunos optaron por dejar para ayer mismo la limpieza de las lápidas. Hubo momentos para recordar a los que ya no están en vida y también para conversar de las últimas actuaciones de mejoras en los paseos que está realizando el Ayuntamiento y para lo que hay todo tipo de opiniones, a favor y en contra.

El ir y venir de gente fue constante durante toda la jornada, aunque más intenso se hizo desde las doce del mediodía y hasta las tres de la tarde. El Ayuntamiento ha contado con un dispositivo especial por parte de la Policía Local para que las personas que acudieron al cementerio lo pudieran hacer con la mayor comodidad posible y para garantizar un tráfico fluido y la optimización de los aparcamientos en la zona.

A la una de la tarde un grupo de personas se dio cita en la cruceta central del cementerio donde se realizó la simbólica ofrenda floral y el acto litúrgico, oficiado por parte del ex párroco de Santa María y con la presencia de las autoridades. También pudieron verse ramos de flores a cargo del Ayuntamiento en la sepultura de la hija predilecta Soledad González.