Fuentes de Ropel y San Pedro de Ceque son sólo dos ejemplos en los que la noche de Halloween se va haciendo un hueco cada vez más abierto en la programación de actos de las localidades de la comarca.

De extremo a extremo del territorio de la comarca benaventana, cada año la velada de la víspera de Todos los Santos viene recibiendo más adeptos a estas costumbres anglosajonas que tienen su origen en ritos celtas y donde pequeños y grandes se adentran en "el otro mundo", en el de los muertos vivientes. Esa pretendida intercomunicación con el más allá ha dado lugar a un extenso abanico de personajes en los que el juego asustadizo y el terror se combinan por igual entre los participantes.

Brujas, calaveras movientes y la singular calabaza como símbolo representativo forman parte de la peculiar fiesta nocturna aprovechada por vecinos y residentes fuera de la localidad para participar de este encuentro festivo. Incluso, en los colegios de la comarca se ha venido trabajando en estos días previos en la confección de trajes y utensilios para participar en desfiles callejeros.

En Fuentes de Ropel, a un extremo del territorio de la comarca, la asociación cultural Iniciativas Ropelanas, en colaboración con el Ayuntamiento, la Diputación, y firmas comerciales, aprovechó la cita festiva para organizar también el tradicional magosto o degustación de castañas asadas. En torno a 150 personas se dieron cita en esta localidad para degustar el típico fruto de temporada regado con sidra dulce y mosto.

Al otro extremo de la comarca, en San Pedro de Ceque, medio centenar de niños y niñas junto a sus padres llenaron de sustos y de humor el edificio de "las Eras" de esta localidad. El ambiente del inmueble era propicio para la fiesta de Halloween. Por las dependencias deambulaban a sus anchas los personajes más siniestros. Los fantasmas se asomaban al exterior con el juego del "truco o trato". Las madres de los pequeños se encargaron previamente de que los pequeños participantes degustasen una dulce y asustadiza merienda.

En otras localidades, algunos establecimientos hosteleros se encargaron de organizar veladas "terroríficas".