Muy conocido por sus apariciones en televisión, Miguel Ángel Tirado (Marianico «El Corto») sigue contando con el apoyo del público. Lo acaba de comprobar en Fresno de la Polvorosa.

- ¿Había estado antes en Fresno de la Polvorosa?

-En otros lugares de la comarca de los Valles de Benavente sí, pero concretamente en este municipio es la primera vez.

-¿Se parece este lugar a su pueblo, situado en los Monegros?

-Ahora los pueblos se han hecho muy «capitalinos». Ya no existen las paredes de adobe de antes, ahora las paredes son tan finas que se oye al vecino de arriba como si estuviera en tu casa.

-Han cambiado mucho los tiempos.

-¡Uf! ¡Muchísimo! Yo echo de menos el ambiente de los pueblos: con las puertas abiertas de par en par, ir a casa de la vecina a pedirle algo que te había encargado tu madre y que te sacase una hogaza de pan para comer con tocino? ¡o lo de bailar muy juntos para poder arrimarte a una mujer! Ahora los jóvenes no bailan, sólo dan brincos. Es aeróbic puro y duro (ríe).

-Es uno de los temas de su espectáculo: las diferencias entre el mundo rural y el urbano.

-Así es, y también toco algunos asuntos de actualidad o el tema de la pareja. Este último da mucho juego porque tanto el hombre como la mujer lo sufrimos, así que yo doy pautas para que la cosa vaya bien.

-¿Cómo rompe el hielo?

-Primero me meto conmigo para que la gente no se me enfade y luego ya empiezo a tocar todos los temas. En realidad estoy en este mundo por casualidad, no esperaba llegar hasta aquí, pero siendo pequeñito, gordito y cabezón, ya a la gente le caes bien, despiertas una sonrisa de entrada.

-Sin duda, se le conoce por sus intervenciones en televisión.

-Por supuesto, influye mucho en el público que te conozcan o no, pero yo cuento un chiste en cualquier momento, lo llevo dentro. Hay gente que se transforma en escena, yo siempre soy así de bromista.

-¿Se prepara un guión o prefiere improvisar?

-Yo lo que tengo es un hilo conductor y luego lo voy rellenando con chistes, los cuales, es curioso, son los mismos en todo el mundo. Sólo tienes que traducirlos y adaptar los nombres propios, por lo demás, la esencia de la historia es la misma.

-¿De dónde coge las ideas para sus discursos?

-De Internet, viendo videos o leyendo cosas en páginas web. A veces simplemente uso temas de actualidad, como los restaurantes minimalistas que están tan de moda, muchas historias me las invento y otras es por experiencias que he vivido, como montarme en un tranvía y no llegar a la barra para agarrarme.

-De ahí el nombre artístico de «Marianico el Corto».

-Lo de «el Corto» sí. Mariano es por mi abuelo y la terminación en -ico por mis raíces aragonesas.

-Se le identifica también por su indumentaria.

-De hecho, la primera ropa que usé en un espectáculo era de mi abuelo. Mi traje representa el hombre del campo español, con el chaleco de pana, la boina?

-¿Cree que las nuevas generaciones pueden no entender las cosas que cuenta?

-Normalmente uso el humor sencillo y directo, porque así llego a todo el mundo. Lo importante es que el 90% del público se ría. Es muy bonito que luego me recuerden por haberles hecho pasar un rato agradable en unas fiestas como las de Fresno de la Polvorosa o que haya asociaciones que te llamen para que les ayudes a animar una rifa benéfica.

-Además de colaborar con este tipo de organizaciones, ¿qué hace cuando tiene tiempo libre?

-Lo que más me gusta es estar en casa tranquilo y ver la televisión. Viajo por muchos sitios durmiendo en camas diferentes y me apetece estar en mi casa.

-Lleva 30 años en la profesión, ¿hasta cuándo le gustaría vivir de ella?

-He actuado hasta con cólicos de vesículas, así que? ¡hasta que el cuerpo aguante!