El Juzgado de lo Social ha señalado las primeras vistas por el despido de la plantilla de Central de Ventas Carbayo los días 12 y 13 de febrero, después de fracasar una veintena de actos de conciliación convocados por el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) de la Oficina Territorial de Trabajo de Zamora por incomparecencia de las empresas denunciadas. El SMAC tuvo que anunciar las notificaciones a través del Boletín Oficial de la Provincia al no poder realizarlas por los medios habituales y finalmente dio todas la conciliaciones por «intentadas sin efecto» al consumarse las incomparecencias de los representantes empresariales.

Las demandas fueron dirigidas contra Central de Ventas Carbayo, con domicilio en Ponferrada (León); contra el socio único de la anterior, Pérez Balsa S.L., también domiciliada en Ponferrada; y contra Procesos y Mantenimiento Bierzo S.L., con domicilio en Camponaraya (León), la firma que en el mes de agosto compró a CVC todas las existencias para abrir un nuevo establecimiento en Benavente.

Tres trabajadores retiraron su demanda contra esta última empresa tras ser contratados en el nuevo establecimiento de Federico Silva. Estos trabajadores sí mantienen las demandas contra CVC y contra Pérez Balsa, S.L.al igual que sus compañeros de plantilla.

Así las cosas, el día 12 de febrero se verá la demanda de dos de los siete trabajadores y al día siguiente una segunda demanda de otros dos trabajadores. Todos ellos reclaman la nulidad del despido o su improcedencia subsidiaria y piden la readmisión en sus puestos de trabajo o el abono de una indemnización equivalente a cuarenta y cinco días de salario por año de trabajo así como los salarios de tramitación devengados.

Salarios adeudados

Central de Ventas Carbayo comunicó el despido a los siete trabajadores de la plantilla el día 24 de octubre a través de una carta certificada que justificaba escuetamente la acción en el desahucio del establecimiento por parte del arrendador. Según los trabajadores, los nuevos propietarios adeudaban del orden de nueve mensualidades por el alquiler de las instalaciones.

En ese momento la empresa también adeudaba a la plantilla lo salarios de septiembre y octubre. A los sueldos se suman ahora la parte proporcional de la paga extraordinaria y de los beneficios empresariales. Si el Juzgado de los Social confirma las pretensiones de los trabajadores, el montante global por las cantidades adeudadas y las indemnizaciones correspondientes a siete despidos improcedentes, rondaría el millón de euros. De los siete trabajadores que integraban la plantilla de Central de Ventas Carbayo, el que menos llevaba en la empresa treinta y un años.

Central de Ventas Carbayo, una empresa emblemática en Benavente, dedicada al comercio al por mayor de ferretería, fontanería y calefacción que en 1985 adquirió la forma jurídica de sociedad anónima con un capital social de 222.000 euros, cambió en noviembre de 2003 de administrador único. Hasta ese momento la familia Carbayo había controlado la sociedad. A partir de entonces pasó a ser administrada y gerenciada por Santiago Pérez Díez, ex administrador de Desarrollos Sorribas (León) y administrador único de Bricoman S.L. (León), de Servipples S.L. (León), de Limpiezas Civiles del Noroeste (León) y también apoderado de Caja Rural del Duero, una sociedad de crédito limitada con sede en la provincia de Valladolid.

En ese momento y según el último balance conocido (octubre de 2003) Central de Ventas Carbayo obtuvo ventas en 2002 por importe de 927.146 euros un 6,7% menos que en 2001. De 2000 a 2001 esta evolución había sido del -11,79%. El valor añadido de la firma había crecido un -4,72% en comparación con el ejercicio anterior. Entonces, los fondos propios ascendían 400.521,06 de euros y las deudas 261.656 euros. La rentabilidad financiera de CVC aquel año era del 0,02% y la rentabilidad económica del 0,01%. Con respecto al año anterior, 2001, había experimentado una ligera mejoría. A partir de entonces se pierde el rastro contable oficial de la empresa.

En la misma fecha del nombramiento del nuevo administrador y gerente, CVC obtuvo su declaración de sociedad anónima unipersonal y pasó a tener como socio único a la sociedad limitada Pérez Balsa, de Ponferrada, cuya actividad empresarial se inscribe en el ámbito de los salones de peluquería e institutos de belleza. Esta sociedad estaría relacionada familiarmente con el administrador único y gerente de Central de Ventas Carbayo, Santiago Pérez Díez.

Las existencias de la industria fueron vendidas a otra empresa en agosto

En julio del pasado año, los trabajadores de Central de Ventas Carbayo comenzaron a inventariar y a trasladar las existencias de la empresa a un local ubicado en el número 153 de la avenida Federico Silva. El trabajo se realizó con una orden por escrito firmada por el administrador único y se prolongó hasta el mes de octubre, momento en que fueron despedidos. El local, que ayer parecía abierto al público por primera vez, está arrendado por la empresa Procesos y Mantenimiento Bierzo S.L. (Promambi). Los trabajadores, que ya en julio se temían el desenlace que se produjo tres meses después, informaron a la Inspección de Trabajo. En caso de despido, pensaban, la empresa sólo podría afrontar el pago de indemnizaciones y de los salarios no cobrados con el valor de la existencias (fuentes de la ex plantilla lo cifran entre 130 y 140 millones de las antiguas pesetas). La Inspección visitó el establecimiento de CVC y el arrendado por Promambi y constató el trasvase y la venta de las existencias. La inspectora reclamó a las partes las facturas con los importes de compra y venta de las existencias de Central de Ventas Carbayo. Hasta hace poco tiempo no habían sido remitidas y los trabajadores sospechan que aún siguen sin ser remitidas.

Los trabajadores advirtieron a la Inspección sobre un proceso de descapitalización

Para la plantilla de Central de Ventas Carbayo, la empresa había decidido descapitalizar los bienes desde hacia tiempo. A finales del mes de julio, a través del delegado de personal, denunciaron ante la Inspección de Trabajo el incumplimiento reiterado del pago de nóminas. En ese momento, por ejemplo, no habían cobrado el salario del mes de junio ni la paga extraordinaria de verano.

Central de Ventas Carbayo tampoco había hecho frente al pago de los atrasos reconocidos en convenio, pendientes desde el mes de marzo, y había rescindido unilateralmente un complemento en la nómina que los trabajadores venían percibiendo desde hacía muchos años.

Pero la denuncia formulada entonces ante la Inspección colocaba especialmente los focos sobre el traslado de las existencias a un nuevo domicilio por orden del administrador único. Tras calificar el hecho de «grave», en el escrito dirigido a la Inspección se advertía que esta podía ser «una estrategia de descapitalización de los bienes de la empresa, con las graves consecuencia que esto puede acarrear tanto para los trabajadores, acreedores en general de la empresa y de la propia Administración».

El escrito terminaba pidiendo a la Inspección Provincial de Trabajo que comprobase los hechos denunciados para exigir a la empresa el cumplimiento del convenio a la par que la comprobación de la posible descapitalización.

Tres meses después, la plantilla recibió la carta de despido por desahucio del local que hasta entonces había ocupado la empresa. Hasta el pasado mes de diciembre los trabajadores que quedaron en situación de desempleo no pudieron cobrar tampoco las prestaciones. CVC no les entregó el preceptivo certificado de empresa y al no haber cobrado las dos últimas nóminas (aunque al parecer si fueron abonados los costes sociales a la Seguridad Social) la tramitación de las prestaciones por desempleo se vio entorpecida.