El rendimiento medio de la cosecha en Zamora se sitúa en 3.143 kilos por hectárea, por debajo de la media regional que se sitúa en 3.639 kilos. Con respecto al año 2020, que fue histórico por las buenas cifras de recolección, los rendimientos de este año en la provincia de Zamora son este año alrededor de mil kilos menos por hectárea que la campaña pasada.

Las cifras oficiales de la cosecha de cereal en Castilla y León, hechas públicas por la Junta de Castilla y León, apuntan a una previsión de 7 millones de toneladas, el 38% de la producción nacional. La superficie sembrada de cereal destinada a grano, asciende a 1,92 millones de hectáreas, un 1% superior a la campaña anterior y 2,5% más a la de los cinco últimos años. Las perspectivas con el buen inicio de las siembras se han visto frenadas por una meteorología irregular a lo largo de la campaña, afectando el pedrisco a unas 170.000 hectáreas.

En la provincia de Zamora la previsión ronda el medio millón de toneladas (489.100) y la superficie de cereal sembrada es de 155.630 hectáreas.

El trigo vuelve a ser el cereal más cultivado y se espera una producción de 3,5 millones de toneladas en Castilla y León.

El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, ha presentado hoy en Torquemada, Palencia, la previsión de los datos de la cosecha de cereal de invierno en Castilla y León. Según ha indicado, “la previsión es que se van a recoger 7 millones de toneladas, eso significaría un 10% por encima de la media, y además hay que tener en cuenta otro aspecto positivo, que la campaña se está iniciando con precios más altos que los de la anterior”. Una campaña que se arrancó con buenas condiciones meteorológicas, que continúo con heladas, tormentas y falta de agua en su momento

La campaña comenzó con un octubre frío y con una precipitación media de un 30% por encima de su promedio, que permitió un buen desarrollo de las labores preparatorias del terreno previas a la siembra, sin embargo, noviembre y diciembre fueron meses con una pluviometría en torno a un 15% por debajo de la habitual, con precipitaciones en forma de nieve a principios de enero, que impidió la actividad agrícola y prolongó la siembra de la cebada de variedades tardías hasta febrero o incluso marzo. 

Febrero fue muy cálido y húmedo en gran parte de la Comunidad, aunque en marzo las precipitaciones fueron escasas. En abril se registraron heladas en la primera quincena, que han afectado al desarrollo vegetativo del cereal en algunas variedades tempranas de cebada, que se encontraban en la fase de espigado. La precipitación fue en forma de chubascos y ocasionalmente tormentas, siendo en general un mes húmedo en el centro y sur de la Comunidad y seco en el norte.

Las temperaturas de mayo fueron normales pero la precipitación acumulada se situó un 40% por debajo de la media y la mayor parte se registró en forma de tormenta y, ocasionalmente, con granizo. En general las condiciones meteorológicas han permitido realizar de forma adecuada los tratamientos tanto de abonado como fitosanitarios, y aunque se han observado ataques de roya amarilla en algunas variedades de trigo y septoria y helmintosporosis en cebadas tardías, en general el estado sanitario de estos cultivos es bueno.

Carnero además ha explicado que “en junio hay que destacar las tormentas en forma de pedrisco y algunos días de altas temperaturas que pudieron provocar asurado del grano en algunas zonas. Y además, el pedrisco ha causado daños en unas 170.000 hectáreas, con daños muy desiguales, siendo las provincias más afectadas Burgos, Palencia, Soria y Valladolid. Así mismo hay que tener en cuenta que las tormentas han retrasado el inicio de la cosecha en la zona sur de la Comunidad”.  

“En general, las condiciones han permitido un desarrollo normal del cultivo de cereal de invierno, si bien las heladas, tormentas y la falta de agua en su momento han condicionado la potencialidad de la cosecha que inició su siembra en buenas condiciones”, ha aclarado el Consejero.  

 La cosecha ha comenzado por la zona sur de la Comunidad, en las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia y Valladolid. La cebada es la más adelantada con el 10% de la superficie segada mientras que en el trigo la siega es testimonial. La previsión de cosecha es de unos 7 millones de toneladas, un 10% superior a la media de los últimos cinco años (6,34 millones) y hay que tener en cuenta que la media de los últimos cinco años se ha visto incrementada otro 10% por la excelente cosecha del año pasado, con 8,5 millones de toneladas, la segunda mejor cosecha de los últimos treinta y cinco años, superada sólo por la de 2008 que alcanzó los 9,4 millones.