Los presupuestos de Sánchez confirman el desgajamiento de este país llamado España. Las dos Españas de Machado se han quedado en esto: la del interior (a excepción de la isla de Madrid): pobre, vacía, machacada y la de la periferia (sobre todo Cataluña y País Vasco, precisamente las dos comunidades donde gobiernan los que no quieren ser España). ¿Con qué cara van a ir en mayo los socialistas zamoranos a pedir el voto a sus conciudadanos? Las cuentas de Sánchez para este año destinan a la provincia 252 millones, menos que el año pasado, casi la totalidad de los fondos se gastarán en las obras del AVE que pasa por aquí camino de Galicia, o sea una inversión obligada. Nada para la muralla y el mercado de abastos de la capital, tampoco para las obras de reconversión de la cárcel, nada para regadíos, casi nada para el proyecto de autovía hasta Portugal. Para inversiones nuevas de un año entero, 324.000 euros, ¿pero qué farsa es ésta? ¿Con qué cara van a ir en mayo los socialistas zamoranos a pedir el voto a sus conciudadanos? Con la misma que los del PP que perpetraron unas cuentas parecidas el año pasado, que después han servido a Sánchez para gobernar seis meses. ¡Qué vergüenza, por Dios!

El proyecto de presupuestos del Estado para este año pasa de despoblación y de la madre que la parió; como el que ve llover: Sánchez silba y negocia con los independentistas, los que tienen el poder del voto y ondean la bandera de la insolidaridad y el desprecio. ¡Qué paradoja, Dios! Aquellos que más recibieron durante el franquismo (sí, sí, Cataluña y el País Vasco) son los que más se han llevado también durante la democracia y lo siguen haciendo, cada día más. Zamora se muere y nadie quiere pagar el entierro. ¿Dónde hay que firmar para bajarse del mundo?