Se acabó la cobertura, el paraguas, el sistema de protección. Desde hoy queda desmantelado el sistema de cuotas lecheras. La liberalización del sector es un hecho. El programa proteccionista que se implantó en 1985 y que España no tuvo más remedio que abrazar desde el inicio de su ingreso en la casa europea, ha sido desmantelado. La liberalización de la actividad supone que en el caso de Zamora, los 270 profesionales del sector quedan a la intemperie.

Los sindicatos Coag y UPA no son optimistas: "En el nuevo escenario, la industria decidirá cuánto se produce, a qué precio, con qué parámetros de calidad y las zonas de recogida". La Alianza considera que "la eliminación de las cuotas erosiona aún más el poder de negociación de los productores. O vendes al mínimo precio y la cantidad que te marcan o no te recogen la leche. Y, evidentemente, con precios por debajo de costes es firmar tu sentencia de muerte como ganadero".

El sistema de cuotas, que ahora defienden muchos ganaderos, fue muy cuestionado al principio porque fijó una producción anual para España de 6,5 millones de toneladas, cuando el consumo interno ronda los 9 millones. El desfase durante estos años lo ha cubierto la importación de leche, sobre todo procedente de Francia y Alemania.

Cuando se implantó el programa, Zamora producía algo más de 90 millones de litros de leche de vaca al año. En casi tres décadas han aumentado ligeramente las cantidades y para eso el camino fue comprar cuota y evitar así el pago de la supertasa por la producción de "leche negra". Los ganaderos se hipotecaron y pidieron préstamos a los bancos, no solo para redimensionar sus explotaciones, comprar vacas selectas y tecnificar instalaciones, sino también para adquirir cupo. El cambio, que hoy entra en vigor, significa que perderán el dinero invertido en asegurarse derechos de producción. En la provincia se han gastado en este concepto más de 10 millones de euros, la mayoría, ya amortizados, según fuentes del sector.

Los ganaderos se muestran reacios a la liberalización del sector. Pierden lo invertido en cuotas y la competencia va a ser mayor, dependiendo más de los vaivenes del mercado. La industria, por el contrario, mantiene que la desaparición de los cupos beneficia a los consumidores y, a la larga, también a los criadores de vacas, al menos a aquellos que hayan modernizado las explotaciones y sean capaces de generar más leche a precios más competitivos.

Coag y UPA creen que de nada van a servir las buenas perspectivas internacionales "si nuestros ganaderos se ven obligados a cerrar sus granjas como consecuencia de la deslocalización que sufrirá el sector en beneficio de determinadas zonas y países del Centro y Norte de Europa". Creen estos sindicatos que la industria "lo único que busca es la leche más barata, aunque para ello se destruya una parte importante del sector productor". Denuncian, además, que hay lácteas que están ofreciendo contratos a ganaderos con un precio base de 0,28-0,29 euros litro, lejos de los costes de producción calculados en 0,35 euros. Pretende, además la industria, según las organizaciones del sector ganadero, firmar contratos anuales "con precios muy ventajosos para sus intereses y ruinosos para el productor". Ante esta situación, demandan al Ministerio de Agricultura que aumente las inspecciones de oficio para vigilar que se cumplan las condiciones de contratación que recoge la normativa. Y a la Consejería de Agricultura le piden que desarrolle la Ley Agraria "para hacer valer sus competencias en materia de persecución de la venta a pérdidas y vigilancia de la calidad de la leche".

Por su parte, la consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, destacó ayer en declaraciones a Ical que el vacuno de Castilla y León afronta el fin de la cuota láctea "en una muy buena posición de salida" porque "lo más importante es que las explotaciones de vacuno de leche sean competitivas". Para ello cuentan con un número "razonable" de cabezas que garantizan el equilibrio de costes y la rentabilidad del producto, sobre todo gracias al "esfuerzo de inversión" acometido por los ganaderos para modernizarse "con el apoyo de fondos públicos".

Ante el temor del desplome de precios que mantienen los sindicatos, la consejera asegura que la región dispone de un seguro de rentas, "que es algo que no ha hecho ningún otro lugar del territorio español". "En Castilla y León -remarca Clemente- tenemos las explotaciones mejor dimensionadas de España y esto es gracias a que se ha hecho un esfuerzo de inversión por parte de los ganaderos con apoyo de fondos públicos". "Ahora hay que salir al mercado y el mercado es el que tiene que pedir, demandar el consumo que va a haber realmente de productos lácteos", declaró ayer a Ical.

El sector lácteo contará con ayudas asociadas que en Castilla y León serán de 6 a 10 millones de euros anuales. El seguro está dotado con 14 millones de euros para afrontar la posible fluctuación de los precios ante la eliminación de las cuotas.

Félix Roncero, ganadero zamorano con una explotación de más de 200 vacas de ordeño en Peleas de Abajo, ya declaró hace meses a este periódico que la desaparición del sistema de cuotas "puede ser, en principio, una catástrofe porque en otros países hay explotaciones punteras, muy preparadas; aquí hemos tenido que ajustarnos más. Puede haber dos o tres años de transición fastidiados, pero más adelante puede mejorar".

Defiende Roncero las ventajas de la ganadería local. "España tiene un clima muy bueno, mejor que el de la mayoría de los países europeos; antes las vacas pastaban más, ahora se utiliza sobre todo el pesebre, ya no tienen ventaja los alemanes y los franceses; la leche que se produce aquí es mejor, los tiempos han cambiado, podemos competir y superarlos".

El Gobierno español cree que la desaparición del régimen de cuotas en la UE "puede y debe representar una oportunidad para el sector español".