El Ayuntamiento de Zamora y la Subdelegación del Gobierno central se pasan la patata caliente con el problemático botellón del Jueves Santo. Ninguna de las dos instituciones, dicen sus responsables, tiene competencias más allá de la vigilancia y el control. Y unos por otros, la casa quedará un año más sin barrer. El alcalde de IU en la capital, Francisco Guarido, ha reiterado que, si considera el Estado que se trata de un asunto de orden público, debe actuar la Policía Nacional. El subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo, por su parte, ha señalado que no puede tomar decisiones en el ámbito del dominio público municipal y ha avisado: "Si alguna competencia mía se me olvidara, por favor, le invito y agradezco al Ayuntamiento que me la recuerde para ejercerla".

Guarido, ha intercedido en la polémica sobre el botellón del Jueves Santo para suscribir las palabras de su socio del PSOE en el Consistorio, el teniente de alcalde, Antidio Fagúndez. "Si la Subdelegación del Gobierno estima que se trata de un problema de orden público, quien tiene la competencia para actuar es la Policía Nacional", ha expresado. "Lo que está claro es que el Ayuntamiento de Zamora ni ha organizado este botellón ni tampoco va a organizar otro evento paralelo de similares características, porque no es nuestra función", ha analizado el regidor de la capital.

Jerónimo García Bermejo ha replicado las palabras de Guarido y Fagúndez. "El asunto es bien sencillo. Mis competencias son las que son y entre ellas no está la de tomar decisiones o actuar sobre dominios de titularidad municipal como es un parque", ha indicado. "La competencia de controlar el consumo de alcohol en la vía pública no es de la Policía Nacional; si lo fuera, la ejercerían. La competencia de prevenir el consumo de alcohol en menores no es de la Policía Nacional; si lo fuera, la ejercerían. Por lo tanto, la Policía Nacional tiene obligación de velar por el orden público y así la cumplirá fielmente, pero la prohibición expresa no es competencia nuestra", ha razonado el subdelegado.

A cuatro semanas de la celebración de este polémico evento, ninguna de las instituciones quiere hacerse cargo de una situación que cada año genera más quejas ciudadanas por cuestiones de salud pública.