La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha llamado a capítulo a los principales ayuntamientos de la cuenca, aquellos que tienen más de 20.000 habitantes, para coordinar acciones frente a la sequía sufrida durante este año 2017. Un encuentro en el que participarán representantes del Ayuntamiento de Zamora y en el que saldrán a reducir las diferentes políticas a trazar por estas entidades encargadas del abastecimiento urbano. El organismo ha contactado también con la mancomunidad Benavente-Los Valles para analizar la misma problemática, en una cita que llega después de un fin de semana copioso en lluvias. Al encuentro, que contará con la presencia del presidente del organismo de cuenca, Juan Ignacio Diego Ruiz, están convocados representantes de los ayuntamientos de Aranda de Duero, Ávila, Burgos, Laguna de Duero, León, Medina del Campo, Palencia, Salamanca, San Andrés de Rabanedo, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora, así como de las mancomunidades Benavente-Los Valles, Río Eresma, Tierras del Adaja y Vega del Duero.

Tanto el Plan Hidrológico Nacional como el vigente de la Cuenca del Duero establecen que los municipios de más de 20.000 habitantes, al ser responsables del abastecimiento urbano, deben disponer de planes propios de emergencia en situaciones de sequía para lograr una gestión eficaz de los recursos, cuyo contenido ha de ser evaluado por la CHD. Y este, precisamente, será uno de los ejes de la reunión, para lograr una mejor coordinación de acciones entre las diferentes administraciones públicas capaz de proporcionar una respuesta adecuada a las demandas de los ciudadanos en escenarios de sequía, a partir de diferentes medidas encaminadas al ahorro de agua.

Revisión del plan de choque

También está previsto invitar a los ayuntamientos a realizar sus aportaciones y sugerencias en la revisión del Plan de Sequía de la Cuenca del Duero, que saldrá próximamente a consulta y presta especial atención a los indicadores de situación: normalidad, prealerta, alerta y emergencia. En este caso, la ciudad de Zamora tiene diseñado desde antes del verano un plan con los diferentes indicadores para poner en marcha en el momento en que la situación llegue a ser crítica. Una hoja de ruta que arranca con reducciones del lavado de las calles y baldeos, continúa con cortes puntuales a los riegos del término municipal y finaliza con restricciones horarias al consumo humano, aunque este último caso aparecería solo en una circunstancia de extrema gravedad. De la reunión de esta tarde saldrán, por lo tanto, las ideas necesarias para establecer un plan de choque conjunto de cara al futuro por si la sequía se convierte en repetitiva cada temporada.