Abarrotadas. Así se encontraron las instalaciones de las iglesias zamoranas con la festividad de la Asunción celebrada ayer. En algunas de ellas, los bancos no fueron suficientes para acoger al gran número de feligreses que acudieron a las misas, a quienes se añadieron algunos curiosos y turistas.

La Asunción es una fiesta anual de la que se hace eco todo el país. Muchos fieles de la capital acuden las iglesias el día 15 de agosto de todos los años como forma de conservación de una tradición en la que han estado envueltos toda su vida. A ellos se sumaron ayer viandantes que paseaban por las calles del casco antiguo y entraron a las construcciones católicas movidos por la curiosidad del ambiente festivo que representa este día del mes. Así, los ritos eclesiásticos no dejaron indiferente a nadie.

Uno de los edificios, la Iglesia del Tránsito, notó la abundante presencia de personas que es habitual en este día. Allí actuaron diferentes coros de forma extraordinaria, como el de San Juan o el Coro del Perdigón. Además, sus campanas envolvieron la ciudad en un sonido continuo, puesto que las ceremonias tuvieron lugar durante toda la mañana, cada hora desde las 9.00 hasta las 13.00 horas, además de otra que se celebró durante la tarde. Pero sin duda la más esperada fue la de las 12.00, que contó con una mayor asistencia de fieles. Además, sacerdotes de toda la ciudad se acercaron a esta construcción religiosa como un punto de unión en un día tan importante para la fe católica, aunque todas las misas de la capital estuvieron abarrotadas.

La celebración de la Asunción sirve como un momento previo a la Veneración de la Sandalia que tendrá lugar hoy a las 13.00 horas, tras la ceremonia que comenzará a las 12.00 en la Iglesia del Tránsito. Este lugar, lleno de feligreses durante la mañana de ayer, espera la misma reacción por parte de los fieles hoy durante el acto, que representa una manera de homenajear a la Virgen del Tránsito a través de un beso. Para los asistentes, su significado es muy relevante, "debido a que no se puede besar a la Virgen, se hace la misma acción en sus sandalias, como homenaje para ella", explica José María Calvo, devoto de la Virgen que ayuda a los sacerdotes estuvo ayer presente en El Tránsito. Simbólicamente, "el calzado de la Virgen tiene representados al sol y la luna, es otra manera de ver su imagen que además se presta a este tipo de acciones de fe", añade. Hasta hace años, la celebración de la sandalia solo se realizaba por la tarde, pero en la actualidad se venera también por la mañana debido a la gran cantidad de personas que se acercaban.

Es una tradición en Zamora que conoce la mayoría de su población, pero que también llama la atención de los turistas que pasan por la Iglesia durante la festividad, algunos se asoman por curiosidad, mientras que otros se colocan a la espera de dar su beso a la sandalia. Además, quienes no lo conocen se paran, en muchas ocasiones, a preguntar a los presentes sobre esta celebración tan significativa y antigua.