Los muros de la iglesia del Santo Sepulcro lucen los seis cuadros pintados por Francisco Antolínez en el año 1699 procedentes de la ermita de Los Remedios. El párroco del templo y delegado diocesano de Patrimonio, José Ángel Rivera de las Heras, explicó que la decisión de trasladar las obras del pintor sevillano, aunque realizadas en Madrid, se debe a que "la ermita de Los Remedios no tiene culto" y parece más adecuado que estén en un templo donde puedan ser contempladas por fieles y turistas. Admitió también que de esta forma las pinturas están más seguras, porque Los Remedios no se utiliza, pero negó que se hayan detectado entradas de los cacos en la ermita restaurada por el Zamora Románica.

La serie de seis cuadros es importante, y de hecho, la serie mariana del pintor Francisco Antolínez fue objeto de la primera exposición, celebrada en el año 2012, del Museo Diocesano, nada más abrir su sede de Santo Tomé, en el barrio de La Horta.

Según el estudio realizado sobre esta colección por parte del propio Rivera de las Heras, lo que hasta ahora albergaban los muros de las naves laterales de Los Remedios eran estos "seis cuadros con representaciones de la vida de la Virgen María y de la infancia de Jesús: Presentación de la Virgen en el templo, Anunciación, Visitación, Nacimiento, Epifanía y Huida a Egipto". Todos tienen idénticas dimensiones (78,5 x 107 centímetros) y marcos de época, "y están recercados con molduras de yeserías realizadas al efecto para otorgarles mayor realce". La técnica empleada es el óleo sobre lienzo.

Aunque en un primer estudio el propio Rivera califica su estado de conservación como "deficiente, pues presentan suciedad, craquelados, pequeñas pérdidas de pigmentación y alguna rotura", ya en el año 2010 fueron restaurados por Patricia Ganado, gracias a la aportación económica del propio Obispado y Caja España.

"A Francisco Antolínez se le ha asignado una abundante producción, entre la que destacan las series conservadas en el Museo del Prado de Madrid, el Monasterio de la Santa Cruz de Sahagún, (león), el Palacio Episcopal de Huesca y la iglesia parroquial de Brea de Aragón (Zaragoza)", explica el propio Rivera en el catálogo de la exposición de estos cuadros en 2012. La colocación de los cuadros en el Sepulcro resulta bastante adecuada para la estética interior de la iglesia.