Un hombre tendrá que cumplir por orden del Tribunal Supremo la condena a un año de prisión por maltratar a su expareja, a pesar de que la víctima negó en el juicio haber sufrido una agresión que le causó la rotura de los huesos de la nariz al recibir varias bofetadas en la cara el 20 de octubre de 2015. El Supremo confirma así la sentencia condenatoria de la Audiencia Provincial, aunque la víctima dijera en el juicio que actuó "por despecho" y que ese día no estuvo con el acusado. Tanto el relato que efectuó la mujer cuando acudió al servicio de urgencias del Complejo Asistencial de Zamora, como el realizado ante el forense del Juzgado que la exploró resultaron decisivos para que el Supremo considerara ciertas las primeras versiones ofrecidas por la víctima, en las que confesó a los facultativos que las heridas se las había causado su pareja al propinarle varias bofetadas. Se trata del mismo relato hecho ante el juez que instruyó la denuncia, que investigó el caso de violencia de género imputado a quien dos meses antes de esa agresión había sido condenado por ya por maltrato.

El testimonio de la hija de la mujer fue también determinante para que el Supremo, como ya hiciera la Audiencia de Zamora, estimara totalmente veraz la versión de la mujer, lo que ha concluido en la ratificación de la condena seis meses después de lo decidido por los magistrados zamoranos. El Alto Tribunal da por probado que la víctima se encontró con su expareja en la calle cuando él conducía un vehículo, que estacionara y del que se bajó para dirigirse a ella, que se montó voluntariamente. El condenado la llevó hasta su domicilio y al bajar del automóvil la propinó el primer "bofetón", de tal intensidad que la tiró al suelo. La mujer subió al piso, donde "le dio varios bofetadas con fuerza en la cara y la frente, llegando a arrancarle el piercing que llevaba puesto" en la nariz, cuyos huesos le rompió.