El ozono troposférico ha afectado a todo el territorio castellano y leonés, registrando en diversas zonas superaciones significativas del valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en concreto durante 31 días en lo que va de año en la estación de Zamora capital. Así lo revela un estudio realizado por Ecologistas en Acción para el que se ha contado con los datos recopilados en 37 estaciones de control de la contaminación atmosférica.

El ozono es un gas cuya presencia natural se sitúa en la atmósfera a una altitud de entre 20 y 30 kilómetros. En esta parte de la troposfera, protege al ser humano de la radiación ultravioleta pero el que se forma junto a la superficie terrestre resulta nocivo para los seres vivos. En la troposfera se forma a partir de los óxidos de nitrógeno procedentes del transporte y por fuentes industriales como las centrales termoeléctricas de carbón principalmente durante las estaciones de primavera y verano.

Afecta principalmente a las zonas rurales y al entorno de las ciudades ya que en los núcleos urbanos se destruye más fácilmente. En Castilla y León, un tercio de las estaciones que miden este contaminante han registrado niveles superiores a lo recomendado durante 50 días. No obstante, desde la ONG destacan que ninguna estación ha superado el objetivo legal para la protección de la salud para el trienio 2014-2016, aunque sí se han rebasado las superaciones del objetivo a largo plazo.

Castilla y León cuenta con dos áreas con una importante contaminación: una al norte, en el entorno de las centrales térmicas de León y Palencia, caracterizada por las emisiones contaminantes de estas actividades industriales, y otra al sur, provincias de Ávila, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora, en la que la contaminación emitida desde Madrid, Valladolid y Oporto se extiende en forma de ozono troposférico afectando a lugares muy alejados de los focos de emisión.