A principios de los setenta, el informático Pablo García-Diego viajó a Asturias para conocer Covadonga, pero el cambiante tiempo del norte le impidió conocer a la Santina. En su lugar, le regaló una sorpresa. En Villaviciosa descubrió la iglesia de San Salvador de Valdediós. La experiencia le impresionó tanto que comenzó a investigar del por entonces "desconocido" mundo del arte prerrománico. Aquello fue el germen de la asociación Amigos del Arte Altomedieval Español, que ayuda al visitante a descubrir lugares tan mágicos como San Pedro de la Nave, la principal joya visigoda de la península.

En los últimos años, este grupo de entusiastas del arte prerrománico ha desarrollado un trabajo muy serio, tanto que han recibido repetidas subvenciones del Ministerio de Cultura para difundir esta realidad, aún ignorada por muchos, a través de Internet. El colectivo ha impulsado un novedoso portal (www.turismo-prerromanico.com) que no solo ofrece información exhaustiva de los bienes de este periodo, sino que además suministra información clave para visitar los templos de todo el país, entre ellos, la iglesia zamorana. "Nos hemos llevado una auténtica sorpresa al comprobar en las redes sociales el interés que el arte prerrománico está suscitando", revela el responsable de la asociación.

Claro que decir prerrománico es mucho más que arte visigodo. Pablo García-Diego habla de tres corrientes culturales que se plasmaron en nuestro patrimonio. De un lado, los propios visigodos que, más que unas líneas definidas, abogaron por un "eclecticismo" evidenciado en la diversidad de sus monumentos. "Cuando llegan a la península no saben construir, experimentan con las basílicas romanas que se encuentran hasta que descubren la planta cruciforme, cuyo ejemplo más evidente es San Pedro de la Nave", explica. En segundo lugar, el arte asturiano plasma el influjo de tres reyes -Alfonso II, Ramiro y Alfonso III- en un tipo de templo que sí respeta la basílica romana. Por último, el estilo mozárabe se plasma en el occidente de Castilla y León y en el este, "una zona ecléctica y menos refinada".

El inesperado apoyo del Ministerio -"creímos que era una broma", confiesa Pablo- ha permitido profundizar y mejorar en la información que ofrecen al visitante. Si seleccionamos, por ejemplo, el arte visigodo, hallaremos un mapa completo con todas las referencias, además de una ficha detallada con cada uno de los templos. En el caso de San Pedro de la Nave, los autores acompañan la iglesia de El Campillo de gráficos, grabados y un vídeo.

Pero el interés sobre este periodo que une el final del Imperio romano con el inicio del primer arte internacional, el románico, no se plasma el segundo objetivo de la asociación Amigos del Arte Altomedieval. "Todavía no hemos llegado al público que quiere viajar", confiesan los responsables. Aquí, una de las grandes novedades consiste en que "el viajero elige su propio viaje". Es decir, el turista puede inscribirse en los itinerarios de la asociación, realizar los recorridos sugeridos en la web o enviar sus preferencias y dejarse asesorar por el colectivo.

El recorrido por la España prerrománica dejará en el internauta una sensación de descubrimiento, de viaje a un mundo nuevo por desconocido. Pero también se dará cuenta del esfuerzo del colectivo que está detrás. "Nuestra energía es el placer por mostrar esta realidad y el apoyo del Ministerio nos ha dado mucha moral para continuar", revela Pablo García-Diego.