El creador Félix Matilla, que trabajó la abstracción, fue el artífice de la Plaza de los Pintores, puesta en marcha en el año 1997 y donde se formaron muchos aficionados a la pintura de la ciudad, y durante más de una década tuvo la responsabilidad de gestionar la actividad de la sala de exposición de la Alhóndiga donde brindó la oportunidad a numerosos artistas emergentes.

En la actualidad formaba parte de la comisión del control económico financiero de Vegap, la sociedad de autores que gestiona de forma colectiva en España los derechos de propiedad intelectual de los creadores visuales.