Las legumbres de calidad de la provincia de Zamora implican en torno a 400 personas, entre cultivadores y comercializadores y producen en torno a los 4,2 millones de kilos, según indicaron fuentes de las figuras que amparan estos productos a la agencia Ical.

El Garbanzo de Fuentesaúco (IGP) cuenta con una producción media de 570 kilos para cada una de las 500 hectáreas registradas, frente a las 390 que tenía hace un década, en 2006, cuando empezó a operar la figura de calidad, aunque existe gran variabilidad de un ejercicio a otro. Anualmente se alcanzan las 285 toneladas por parte de los cien agricultores y comercializadores que se asientan en 22 municipios.

Desde la IGP informan que la variedad principal es "Ecotipo Fuentesaúco" y la autóctona "Cuaiz", que es prácticamente única y no se siembra en otros lugares. Ambas disponen de una rentabilidad mayor que algunos cereales, girasol o colza y con gran beneficio medioambiental y aporte de nitrógeno al suelo.

Históricamente, la Lenteja de Tierra de Campos es la legumbre con mayor extensión y producción de la Comunidad. No en vano, sirvió durante otros tiempos como alternativa a los cereales en esta enorme comarca de las provincias de León, Palencia, Valladolid y Zamora. La superficie sembrada en 2016, con 3.280 hectáreas, es seis veces mayor que en 2005, cuando comenzó a operar la IGP. Todo ello, a lo largo de 268 municipios, con una producción media de 1.200 kilos por hectárea. Esto supone llegar a las 4.000 toneladas esta campaña. La lenteja da empleo a 300 personas entre agricultores y comercializadores, según informó la IGP a Ical. La zona de Zamora perteneciente a esta figura de calidad abarca desde el río Valderaduey hacia el este e incluye por el sur a la capital y Toro y llega por el norte hasta San Miguel del Valle.

Únicamente se siembra la variedad de lenteja amparada por la IGP, de pequeño diámetro, entre 3,5 y 4 milímetros, con la cubierta de color pardo con punteaduras en negro y color del cotiledón amarillo, tal y como define a Ical el director técnico, Javier Alonso. Una decena de empresas envasadoras comercializan esta lenteja.

Alonso sostiene que el precio que percibe el agricultor ha variado también desde hace diez años, con un incremento del 33%, de 450 euros por tonelada en el año 2006 a los 600 euros que se ha cerrado en los contratos de la campaña actual. Además, tienen ayudas de la PAC.