La Coral Ciudad de Zamora cumple veinte años desde su creación en 1996. Ayer actuó en la plaza de la Catedral, donde ofrecieron al público capitalino las principales novedades de este último año. Su director, Luis María Martín Negro hace un repaso a la evolución sufrida por la agrupación.

-Celebran su 20 aniversario. ¿Cómo han sido estas dos décadas?

-Así es, ha sido toda una aventura. Hemos tenido altibajos pero la línea general podríamos calificarla como ascendente, especialmente en aspectos como la afinación, el timbre y el ajuste de las voces. Pero sin duda alguna, lo principal es que el grupo humano es compacto y esto nos ha permitido experimentar un poco con la música coral. Esto, a su vez, nos ha capacitado para no tener un repertorio al uso, sino que tenemos uno bastante personalista y peculiar.

-¿Por qué no es un repertorio al uso?

-Porque lo hemos orientado a la música ligera, introduciendo también música de los siglos XX y XXI. Esto se explica a través del grupo de coralistas que componen nuestra agrupación, que han aceptado esta deriva con entusiasmo.

-Boleros, Gregoriano, Habaneras, Musicales, Polifonía Profana, Polifonía Religiosa, Villancicos... ¿Cuál sería su estilo por antonomasia?

-No es tanto una cuestión de estilo como de oportunidad. Ahora mismo estamos centrados en la música moderna, pero sin abandonar nunca nuestro nicho principal de actuaciones en bodas y misas. Podríamos denominarlo como una coral generalista.

-¿A qué se refiere exactamente cuando habla de música moderna y ligera?

-Hablamos sobre todo de musicales de Brodway (Nueva York) y el West End (Londres) como "El Fantasma de la Ópera" o "Los Miserables". Y también música de los años 60 y 70 de los Estados Unidos como la conocida "Rama Lama Ding Dong". Evidentemente no son canciones hechas para grupos musicales como el nuestro y por tanto necesitan de una armonización y es ahí donde entra mi papel de director.

-No debe ser fácil realizar una tarea como esa.

-No es cuestión de dificultad. Es un trabajo profesional. Es como preguntarle a un ebanista si se tarda mucha en hacer una mesa. No le doy una especial importancia a esto, me considero un artesano, un profesional, pero ya está. Esto se aprende y se aplica.

-En este último año han sacado un nuevo disco. ¿Cuáles son las novedades que presenta?

-El disco se centra en musicales a cuatro voces estrictamente. Todos son muy conocidos, como por ejemplo "No llores por mí Argentina", "Bella y Bestia son" y "Jesucristo Superstar". Es algo que en esta región solo hace nuestra coral.

-¿Qué proyectos tienen para el futuro?

-Quizás nuestros eventos más importantes se desarrollen durante la primera semana de octubre, circunscritos a las celebraciones de nuestro veinte aniversario. Daremos dos conciertos con un total de siete corales participantes. Así como otras actividades como actos, conferencias, óperas comentadas? Asimismo, cantaremos en el centro penitenciario de Ocaña, en Toledo y también en la catedral de la ciudad.

-¿Qué recibimiento esperan del público de Zamora?

-Bueno, no debemos olvidar que en Zamora la simpatía hacia este tipo de música es importante. Sabemos que el gusto musical generalizado es conservador, lo que hace que sea aún más difícil sacar al aficionado de su zona de confort. Sin embargo, con estas innovaciones intentamos ampliar el universo del seguidor de este género. No siempre las piezas de una coral acaba con un "Laudamos te", sino que es amplísima y debemos dar a conocer esas otras vertientes. Al fin y al cabo esta es la música más genuina antropológicamente hablando: los humanos cantamos en grupo y para el grupo.

-Actualmente cuentan con 32 miembros. ¿Necesitarían más integrantes?

-Los grupos de 60 y 80 coralistas son cosa del pasado. Ahora tendemos a corales más pequeñas y más especializadas, como las de cámara. El tamaño no implica que sea mejor o peor, sino que son diferentes las posibilidades que se plantean. Generalmente un grupo canta a cuatro voces, pero lo puede llegar a hacer hasta a seis u ocho. Aunque evidentemente con veinte personas no puedes hacer una pieza compuesta para ocho voces porque suena ridículo.

-Aunque sí es verdad que tienen deficiencia de voces masculinas actualmente. ¿Presenta alguna dificultad?

-El principal problema es que las mujeres no pueden cantar con enorme alegría, deben moderar el volumen para conseguir un equilibrio con las pocas voces masculinas. De la misma manera los hombres tienen que apretar un poco más. Esto no permite realizar toda la matización posible, desde el pianissimo hasta el fortissimo. Es un problema de intensidad, por lo que hay que buscar un repertorio acorde a nuestras posibilidades.