La Soledad, Divina Pastora, Peregrina o las vírgenes de Gudalupe, de Belén, del Camino o de la Portería. El Museo Diocesano acoge desde ayer y hasta finales de año su octava exposición temporal, que aglutina los diferentes rostros de la Virgen María, todos ellos con el denominador común de contar con un gran fervor popular a lo largo de los siglos.

"Pinturas marianas devocionales", título que recoge esta muestra, cuenta con una tabla y ocho lienzos, desde el siglo XVII hasta el XIX, que reflejan imágenes nacidas lejos de la provincia, pero cuyas representaciones están en diversos conventos e iglesias de Zamora. De este modo, se puede ver desde la Virgen de Guadalupe, aparecida en cuatro ocasiones en san Juan Diego y muy venerada en México, otra del mismo nombre pero con fervor en Cáceres y considerada la patrona de Extremadura, hasta la Virgen del Camino, de gran tradición mariana en León, donde recibe culto en el santuario que lleva su nombre.

Para José Ángel Rivera de las Heras, director del Museo Diocesano, el cuadro de la Virgen de la Soledad, que data del siglo XVII y cuya sede habitual es la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina, en Toro, quizá sea el que más destaque por su calidad artística, aunque subraya que el conjunto de la exposición -con imágenes sacadas, en su mayoría, de la inspiración de sus autores en estampas- es más que recomendable. "El criterio para realizar las muestras temporales en este espacio es que los objetos sean peculiares, aunque se trate de exposiciones discretas", defiende el sacerdote.

En este sentido, destaca que esta selección "es muy grata de ver, puesto que aglutina obras que habitualmente no se ven en exposiciones. De hecho, solo dos de los nueve cuadros han formado parte de una en los años ochenta, dedicada al arte colonial en Castilla y León. Así que, a no ser que uno vaya por los conventos y las parroquias para verlos, difícilmente se podrían ver de forma conjunta", invita.

"Todas son devociones marianas con sus peculiaridades y además coloniales", describe Rivera de las Heras, quien agradece a las parroquias, conventos y monasterios "este préstamo temporal" para hacer posible la exposición. Singular por ejemplo es la imagen de la Divina Pastora, convertida en imagen gracias a una visión del padre capuchino fray Isidoro de Sevilla, donde se la ve ataviada como humilde pastora con su niño en brazos. Jesús también sale representado en la Virgen de Belén o la de Guadalupe de Cáceres.

El Museo Diocesano, que cuenta con una media de 300 visitas al mes, tendrá abierta al público esta exposición hasta el 31 de diciembre, en horario de 10.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas de lunes a sábado, mientras que los domingos y festivos estará abierto de 10.00 a 14.00 horas.