Productos valorados en 85.000 euros repartió el año pasado la Fundación Alimerka a tres entidades sociales de la provincia de Zamora, que ayudaron a alimentar a 489 usuarios. Es una de las líneas que la cadena de supermercados de origen asturiano lleva a cabo en la provincia de Zamora dentro de su política de responsabilidad social corporativa, con varios programas que alcanzaron a 6.092 zamoranos, 600 más que el año anterior.

Excepto los productos frescos, cuyos excedentes no se pueden gestionar por cuestiones de seguridad alimentaria, el resto de alimentos sobrantes se repartieron entre entidades que tienen a su cargo a personas institucionalizadas, bien sea servicios sociales, residencias de ancianos y personas con enfermedad mental en pisos tutelados en Zamora y Benavente. Se trata, explicó el responsable de la Fundación Alimerka, Antonio Blanco, de gestionar de la manera económica y socialmente más eficiente alimentos en buen estado de panadería, repostería, vegetales y frutas embolsadas y "todos aquellos productos que se retiran por estar próximos a la fecha de caducidad o de consumo preferente". La idea, explicó Blanco, es donar este tipo de productos a entidades que los transforman de inmediato en menús para personas institucionalizadas. "Estamos haciendo estudios para ver cómo se puede alargar la vida útil de estos productos, por ejemplo, congelando los de panadería, para ver si podemos llegar a más gente", indicó el director de la Fundación.

Para familias en situación de extrema vulnerabilidad, la Fundación Alimerka colabora con Cruz Roja dentro del programa "Ahora más que nunca" para proporcionar vales de compra o tarjetas recargables con las que estas personas puedan adquirir los víveres en los supermercados de la cadena. Es Cruz Roja la que se encarga, según sus propios criterios, "marcados por el rigor y la profesionalidad", de seleccionar a las familias benefactoras. A juicio de Blanco, en el caso de las familias, es mejor esta fórmula que la entrega directa de productos para evitar la "estigmatización. Estas personas tienen que llevar una vida convencional, hacer la compra como los demás, con una tarjeta o vales de compra que son totalmente discretos. Y si por ejemplo, hay niños en las familias, éstos no perciben que su casa sea diferente a las demás, como lo harían si reciben los alimentos en lugar de ir al supermercado a por ellos".

Alimerka tiene en la provincia cinco supermercados, dos en Zamora capital y tres en Benavente, que dan empleo a 158 personas.

Blanco dijo que al tratarse de una Fundación corporativa, los clientes no pueden realizar aportaciones directas a esta entidad con destino a su obra social, pero si pueden hacerlo de forma indirecta, mediante otra iniciativa que también se ha puesto en marcha. Se trata de que los clientes donan el importe de los vales de compra que les salen cuando utilizan la tarjeta del supermercado. Han sido 231 los zamoranos que han donado estos vales durante el pasado año. En este caso "la Fundación es un mero intermediario, ya que coge ese dinero y lo dona directamente la entidades sociales de la provincia de Zamora".

El presidente de la Fundación Alimerka animó a los zamoranos a proponer iniciativas que permitan extender la labor social de una forma eficaz.