Más de la mitad de los adolescentes de doce años en Zamora dispone ya de teléfono móvil. Son los nativos digitales, han nacido en la era de la informática y de las Nuevas Tecnologías y, como tales, cada vez cuentan antes con un dispositivo móvil. En Zamora, el 26% de los niños de 10 años ya dispone de teléfono propio. Por franjas de edad, el 41,6% de los niños de once años ya tiene móvil mientras que a los doce, el porcentaje crece hasta el 58,8%, en términos generales, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. A los trece casi ocho de cada diez ya tienen su propio smartphone hasta alcanzar más del 90% a los quince años.

La diferencia entre sexos también se nota a la hora del uso de las nuevas tecnologías. Las niñas son las que más las emplean, tanto en el caso del teléfono móvil como en el caso del ordenador y de Internet. En lo que se refiere a los smpartphones, las chicas les sacan casi diez puntos de diferencia a los niños.

El uso de Internet, en consecuencia, alcanza una cobertura casi total entre los menores de diez a quince años. Entre el 86,6% y el 94% de los niños y jóvenes de esas edades utiliza las Nuevas Tecnologías. En la mayoría de los casos lo hacen desde sus propias casas -ya sea desde su móvil o desde la línea wifi de su hogar- si bien siete de cada diez lo hacen desde su centro escolar. Casi el 40% recurre a la casa de algún familiar o amigo para poder acceder a la red de redes y apenas un 4% acude a un cibercafé, frente a los altos porcentajes de hace años.

El "sexting" y el "ciberbullying" son algunos de los peligros del uso de los móviles y las Nuevas Tecnologías por los adolescentes. Se trata del intercambio de imágenes sexuales a través de mensajes y el acoso escolar a través de la red, respectivamente.

El límite entre el uso y el abuso no siempre es fácil de reconocer ni por los padres o profesores ni por los propios usuarios. Las señales de alerta que ponen sobre la mesa los expertos son muy claros y similares a los que produce cualquier otra adicción. Los adolescentes muestran mayor irritabilidad cada vez que no tienen entre sus manos un móvil, se calman cuando lo recuperan, tienen cambios de humor en función del teléfono y nunca lo apagan por la noche, de modo que los ritmos del sueño -e incluso de la comida o de su día a día cotidianos- se ven interrumpidos o alterados para usar el móvil, la tablet o el ordenador. Un estudio presentado en el XXII Congreso de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia reveló que el uso intensivo de los dispositivos electrónicos provoca que se activen nuevas zonas en el cerebro en detrimento de otras relacionadas con la memoria o la capacidad de organización.