Ocho meses después de que la perrita Amel fuera encontrada casualmente enterrada bajo piedras y brutalmente agredida en un terreno de Bermillo de Sayago, el autor o autores de la sádica acción siguen sin ser localizados. Aunque en un primer momento se abrió una investigación hasta ahora no se ha podido esclarecer este caso de maltrato animal que ha impactado tanto en Zamora como en el resto del país, e incluso en el extranjero.

Desde Scooby Zamora se insiste en pedir la colaboración de los vecinos de la zona, como en cualquier otro caso, para que si tienen alguna pista sobre la autoría la pongan en conocimiento de la protectora o de la Guardia Civil, aunque lo hagan de forma anónima. El objetivo es, como dicen los representantes de la asociación, "que el maltrato a los animales no siga saliendo gratis".

Lo que hay detrás de la lapidación de la cachorra, que tenía poco más de seis meses en aquel momento, está también por determinar. Lo que sí se sabe con certeza por el estado en el que se la encontró es que la perra fue brutalmente golpeada, atada con una cuerda al cuello para inmovilizarla, y luego golpeada una y otra vez con piedras (algunas de grandes dimensiones); hasta quedar prácticamente sepultada.

A pesar de que el destino presagiaba una muerte segura, Amel pudo sacar parte de la cabeza entre las piedras y, con el poco hilo de vida que le quedaba, gemir del dolor. Fue este sonido el que hizo que unas personas que se encontraban en la zona realizan el macabro hallazgo. De forma inmediata se trasladaron hasta el lugar los voluntarios de Scooby así como agentes de la Guardia Civil. Amel, como fue bautizada y que significa esperanza, ingresó en una clínica veterinaria de la capital en estado muy grave, ya que presentaba graves lesiones, el hocico roto que le impedía respirar, y los ojos tan golpeados que había quedado ciega. Las aportaciones y donativos de toda Zamora contribuyeron a costear las operaciones, algunas de ellas a vida o muerte. Hoy en día ha recuperado parte de la visión de un ojo. La esperanza es ahora localizar a su agresor.