"Mantuvieron la relación hasta el final, luchando por la democracia, la paz y la igualdad". Así rememora Bitten Andersson la relación que su padre, el brigadista sueco Conny Andersson, mantuvo con el artista zamorano Baltasar Lobo, una relación que se forjó en los difíciles años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. "A Baltasar Lobo lo considero mi tío, estuvo dos años viviendo en mi casa", asegura Andersson, que ayer acudió a Zamora encabezando una delegación sueca formada por más de treinta personas, todas descendientes del brigadista y con intención de conocer la obra del artista zamorano tan amigo de su antepasado.

"Se conocieron mientras Lobo vivía como refugiado en Francia, porque mi padre trabajaba en los comités de solidaridad con España. Entablaron amistad cuando Baltasar Lobo llegó como representante de los artistas refugiados en Francia para participar en una exposición colectiva en el exilio". España no era un país ajeno para Conny Andersson, que aterrizó en el país como brigadista en labor de apoyo a los ejércitos de la II República. "Después, en Estocolmo organizó los transportes ilegales durante la guerra y más tarde, tras terminar la Segunda Guerra Mundial, ayudó a los niños de Viena", todo mientras mantenía una estrecha amistad con Lobo, "una unión que ambos alargaron hasta el final de sus días".

El alcalde Francisco Guarido fue el encargado de dar la bienvenida a los suecos "con el calor y respeto debidos". Tras invitarles a conocer la ciudad, Guarido destacó la labor artística y la calidad de la obra del escultor, pero también hizo un reconocimiento expreso de su compromiso sobre la persona del escultor con quien, dijo, "Zamora sigue teniendo una deuda histórica ya que la sala que alberga una parte de la colección artística no es la que se merece su obra". No obstante, recordó que el museo de ubicará en el edificio del Ayuntamiento Viejo que, "aunque no es el lugar inicialmente previsto, es adecuado y céntrico".

El viaje de ayer fue promovido por la hija del brigadista, Bitten Andersson, que ha querido traer a hijos, nietos y otros familiares para conocer de primera mano los lugares que fueron tan significativos para el brigadista internacional durante su estancia en España. Los asistentes cuentan también con la colaboración de la Asociación de Amigos de los Brigadistas Internacionales y de la Asociación para la Memoria Histórica. En el viaje a Zamora también les ha acompañado la sobrina del escultor, Carmen Caballero. No es, sin embargo, la primera vez que Bitten Andersson visita Zamora. Su primer viaje data de finales de los años cincuenta, "cuando estuve en Cerecinos de Campos, en la vendimia, con familiares de Baltasar Lobo. Después de eso he venido muchas veces". Pese a todo, esta es la primera vez que llega a España una delegación tan numerosa y la primera vez que se produce una visita de estas características para conocer la obra de Lobo.