"Aunque no vivas allí, el sentimiento tras unos ataques así es algo generalizado que siempre te toca", comenta Pascual Real, un zamorano que residió en la capital francesa durante más de cuarenta años. Desde aquí, las nuevas tecnologías fueron los mejores aliados para contactar con los familiares que aún residen en París. "Tengo una sobrina que vive a unas calles de la discoteca de los ataques, pero gracias a los grupos familiares de Whatsapp a los pocos minutos nos comunicó que estaba bien y que no le había pasado nada", comenta Real.

"La sociedad francesa es muy aguerrida y, cuando pasan cosas así, se une muchísimo. Es algo que ya se vio tras los ataques a Charlie Hebdo, cuando miles de ciudadanos hicieron piña y salieron a la calle. Detrás de esto se esconde un terrorismo islámico que no tiene nada que ver con todos los musulmanes que viven en Francia, pero es cierto que son situaciones que la extrema derecha aprovecha para sembrar el pánico y defender sus principios antiárabes y amedrentar a la población", lamenta el zamorano.

El próximo martes, Real viajará a París sin temor a que suceda algo como lo del viernes. "No tengo miedo porque estos ataques son algo excepcional que no se repetirá pronto. Tenemos que normalizar la situación porque las células terroristas que han atacado no tienen poder si las comparamos con el ejército de un Estado como Francia", concluye.

"Me enfada que la gente generalice, hay musulmanes buenos que no son terroristas"

"El martes me voy a París, pero no tengo miedo porque la seguridad es mayor"

"Francia es un país tolerante hasta que pasa esto y la gente deja de serlo"