"Necesitamos poder desarrollar talleres prelaborales, de habilidades sociales o de autonomía, además de ampliar el servicio a fisios o terapeutas ocupacionales". Las necesidades de la asociación Autismo Zamora, con ocho años de vida, han crecido al ritmo de sus usuarios, que ya suman 27 familias. En este sentido, la psicóloga del centro, Elisa Encinas, enumera las actividades que urgen realizar con aquellos jóvenes que han crecido "y están en plena transición a la vida adulta". Todo ello necesita desarrollarse en un centro de día del que todavía se carece en la capital. "Sabemos que hay muchos mayores de edad con problemas de autismo que tienen que ir fuera por esa falta de recursos aquí", lamenta. Además, este paso supone un alejamiento de la familia que no es beneficioso para el usuario. "Tener que dejar a los hijos en Valladolid o León, donde existen estos centros, es muy complicado también para los padres", asegura la presidenta de la asociación, María Isabel Ramos. "Sería muy beneficioso tener este centro aquí para su inserción en la vida laboral, porque pueden aportar mucho a la sociedad. De hecho, hay bastantes que disfrutan de mucha autonomía y tienen estudios", añade. Un centro que comenzaría dando servicio a cinco usuarios, para su posterior ampliación.

"Ahora con los adultos no podemos hacer nada, solo con niños", explica la psicóloga. Este trabajo lo realizan en la sede un grupo formado por psicóloga, maestra y logopeda, que elabora, tras una entrevista inicial con la familia y basándose en los informes médicos, un servicio personalizado de intervención, tanto educativa, como de lenguaje y psicológica "según las necesidades del menor", apunta.

En breve tendrán que abandonar la sede ubicada en el pabellón Manuel Camba por una mayor "y adaptada", según apunta la presidenta. A falta de una cesión por parte de alguna administración pública, han sido los propios socios quienes han tenido que buscar un nuevo local con unas características específicas para no perder la subvención que les otorga anualmente la Junta.

Una de los últimos logros de la asociación ha sido la inclusión de una decena de niños en el colegio Miguel de Cervantes, que cuenta con dos aulas de continuidad atendidas por un profesor terapéutico y con sesiones de logopedia. "Apostamos por la inclusión de los niños en centros normalizados, porque así disponen de modelos de referencia en sus compañeros y pueden compartir con ellos diferentes actividades", razona Ramos, quien asegura que ha sido un gran éxito de Autismo Zamora "al que ahora hay que aportar calidad para seguir mejorándolo".