Nació en Villalobos, en la provincia de Zamora, un 12 de julio de 1909. Originaria del barrio de La Alberca de Zamora, hija de labradores a los que ayudaba a trabajar cuando era joven.

Ha conocido a muchas generaciones y muchas etapas, con un siglo y más de un lustro de vida recorrida, es una de las personas de más edad de toda la provincia.

Teresa ingresó el día 25 de enero de 2011 en la residencia del Niño Jesús de Zamora con 101 años, y este viernes celebró a eso de las 11 horas por adelantado, junto a sus familiares, compañeros y cuidadoras, el aniversario de su nacimiento, que con canciones y refranes de los que todavía se acuerda a la perfección, demuestra su memoria y su buen estado de salud mental.

Al poco tiempo de quedarse viuda, con unos 55 años, vino a residir a Zamora capital y desde entonces se quedó aquí a vivir para siempre.

Esta mujer luchadora que ha sobrevivido a dos guerras mundiales y una Guerra Civil, además de varias crisis que según ella no tienen nada que ver con la de ahora, porque las anteriores fueron más duras.

Mañana se cumplirá una vez más la fecha de su cumpleaños, alcanzando los 106 años.

Teresa siempre cuenta una historia de sus años de juventud. Asegura que "cuando aquí vivíamos una Guerra Civil nos registraron la casa por tener una luz encendida, aporrearon la puerta y cuando abrí, me preguntaron qué hacía con las luces encendidas, yo acababa de acostar a los niños, entonces pasaron adentro de la casa y se pusieron a mirarlo todo. Al final se fueron porque no tenía nada que esconder y solo me pidieron que apagara las luces y me fuera a la cama a acostarme".

Su nieta comenta que "es alegre y también tiene carácter, seguramente los años acentúan el carácter. Todos estos años le han servido para formar una gran familia y ha tenido la suerte de conocer incluso a sus tataranietos" una mujer que sigue manteniendo la cordura y demuestra que la vejez no afecta a su cabeza.