Unas setenta personas asisten durante la jornada de este viernes al simposio «Llegada, duración y prominencia de los judíos en Zamora» que organiza el Centro Campantón junto con la UNED de Zamora. Uno de los primeros proyectos que se ha presentado —también una de las ponencias más interesantes— se ha referido al proyecto de la localidad Castrillo Mota de Judíos, cuyo cambio de nombre (hasta el mes de junio, Castrillo Matajudíos) ha trascendido a todo el país, dentro de la voluntad de sus habitantes, por más de medio centenar, por hacer justicia a su historia y sus raíces.

Los arqueólogos Manuel Moratinos y María Negredo han expuesto el proyecto encargado por el Ayuntamiento de la localidad burgalense, que consiste en la exploración histórica del pasado de Castrillo, la excavación arqueológica del paraje de la Mota y la construcción de un centro de interpretación para poner en valor la presencia exclusiva, durante la Baja Edad Media, de una comunidad judía expulsada del municipio próximo de Castrojeriz.

En base a los estudios del equipo de Manuel Moratinos y con el consentimiento de la Real Academia de Historia, la Junta de Castilla y León acaba de publicar en el Boletín de la comunidad el cambio de nombre. A partir de ahora, los expertos trabajan en el estudio arqueológico de la zona para intentar reconstruir, desde el punto de vista científico, alguna de las calles de Castrillo. «Si además lográramos identificar algún objeto de la cultura judía, sería muy importante», ha manifestado Moratinos tras su intervención.

A lo largo de la mañana, también han intervenido Inés Nogueiro y Luis Fernández para exponer el “mapa genético” de las poblaciones sefardíes en las regiones de Braganza y de Zamora. Asimismo, el investigador Emilio Fonseca ha tratado la criptografía judía y conversa en La Raya. A última hora de la mañana, el historiador José Manuel Laureiro y la investigadora Anun Barriuso exponen el concepto “anuzin” (forzado) que han podido identificar en sus propias familias. En el caso de Barriuso, con raíces zamoranas, como ya expuso a este medio en un congreso anterior.

El congreso continúa en el Colegio Universitario por la tarde y terminará con una “tormenta de ideas” acerca de la iniciativa de impulsar un museo sobre la huella hebraica en la ciudad. Al mismo tiempo, en el claustro del edificio de la Diputación Provincial permanece abierta, por último día, la exposición sobre el papel de los diplomáticos españoles en la protección de judíos durante la II Guerra Mundial.