La contestación social que ha acompañado a los planes de la Junta de Castilla y León sobre el derribo de la capilla del antiguo Hospital Provincial tuvieron su reflejo, casi inmediato, durante la mañana de ayer en la voz, principalmente, de partidos políticos contrarios a la supresión del edificio. La Administración regional "ha dicho que, antes de que vengan estos y nos planteen algún tipo de inconveniente porque habría un nuevo alcalde, cogemos la piqueta y la derribamos". Las palabras de Francisco Guarido -el mejor colocado para ser el próximo alcalde- conciertan con la postura del PSOE, quien calificaba el inicio del derribo de "venganza política impresentable".

A solo unos metros de las obras, el líder de Izquierda Unida reconocía que "me temo que ya no hay remedio". Se refería a lo avanzado de la demolición, que echa por tierra los planes del futuro alcalde. "La primera medida que teníamos previsto tomar el próximo día 15 era la catalogación de la capilla por la vía de urgencia, estoy convencido de que el PSOE nos hubiera apoyado". Pero ya es tarde.

De evitar la desaparición de un edificio religioso impulsado en octubre de 1966 a reclamar la asunción de responsabilidades. Para Izquierda Unida, el Ayuntamiento de la ciudad y la Junta de Castilla y León "son responsables al cincuenta por ciento". Guarido culpa al equipo de Gobierno municipal por aprobar la licencia del nuevo Hospital Provincial -en cuyo proyecto aparecía la supresión del inmueble- pese a que "la arquitecta municipal dijo que tenía unos valores arquitectónicos". Sobre la Junta pesa la "contradicción" de recomendar en 2009 la protección de la capilla religiosa para luego ejecutar un proyecto que conllevaba su desaparición.

Frente al argumento de la Junta de que la capilla "frenaba" el avance de las obras, Guarido sostiene que la Administración que dirige Herrera "podría haber ordenado un modificado" dado que "se han aplicado de forma permanente desde que soy concejal". En cuanto a la posición de la arquitecta responsable del proyecto, Cristina Treviño, el líder de IU reconoce que "efectivamente, el edificio carecía de protección", pero "nadie duda de que la capilla tuviera unos valores religiosos porque pertenece a una determinada época, como ha advertido el Colegio de Arquitectos".

Contra todos

Los socialistas, por su parte, creen que los hechos son la respuesta del Partido Popular a la elección de "una nueva mayoría de izquierdas" en el Ayuntamiento. Los concejales del PSOE subrayan que la decisión se ha tomado "en contra de los vecinos de Los Bloques, la opinión del Colegio de Arquitectos, los grupos políticos y los ciudadanos de Zamora".

Las críticas también se han producido en la formación Ciudadanos, quien ha calificado la demolición de "oportunista". "El PP temía la reacción de los votantes y ha esperado para llevar a cabo una acción para la que tiene en contra tanto a partidos políticos, como colectivos sociales y vecinales", ha señalado el concejal electo Francisco José Requejo.