Durante las últimas semanas los sanitarios zamoranos han tenido ocasión de entrenarse, aunque sea mínimamente, para ponerse y quitarse los trajes anti-ébola. Una de las conclusiones es que el proceso es más trabajoso de lo que parece, aunque por lo menos los profesionales agradecen que Sacyl haya hecho un esfuerzo mayor que el simple protocolo escrito del inicio de la crisis.