Una oración en la que el presidente del Consejo de la Comunidad Sefardita de Jerusalén, Abraham Haim, mencionó a los judíos que "vivían en la ciudad de Zamora que han muerto antes de la expulsión y a aquellos que murieron después" y "a los miles que fueron encarcelados en los sótanos de la Inquisición, que fueron torturados y quemados en los autos de fe" supuso el acto principal de la apertura de la ruta de la Zamora Sefardí. El descubrimiento de un monolito que señala la ubicación del antiguo cementerio judío, en la entrada del bosque de Valorio, fue seguido con gran atención por los asistentes al congreso internacional "Zamora y la raya: herencias sefardíes compartidas". "Nosotros no aplaudimos. Guardamos silencio en señal de respeto. Queda la tristeza del alma", detalló Haim a los presentes, algunos de los cuales situaron unas piedrecitas en el hito en señal de recuerdo de los ausentes.

El emplazamiento en el acceso a Valorio "es un sitio importante porque es donde durante siglos la comunidad judía traía a enterrar a sus fallecidos y sabemos que en las peñas de Santa Susana existían casas y viñas de los judíos". "Aunque la señalización, con información en castellano, inglés y portugués, es para el recordatorio del cementerio queremos prestar atención a los judíos que habitaron en el actual San Lázaro", detalló el profesor Jesús Jambrina e impulsor del congreso.

El resto espacios que integran la señalización corresponden a la plaza de la Leña, que fue la conexión entre la judería nueva y una comunidad donde vivieron personas muy relevantes del mundo judío; la plaza de San Sebastián, donde estaba la sinagoga mayor y la academia rabínica, los sitios donde salieron las figuras Isaac Aboad II que negoció la salida de los judíos españoles por Portugal con el rey portugués; la ronda de Santa Ana, donde vivían judíos desde 1376, y la plaza de Zumacal porque "está en la judería vieja conde más tiempo vivieron los judíos en Zamora y es una referencia a los muchos oficios".

El nuevo recorrido, marcado en un mapa presente en cada monolito, "es algo material y un itinerario en donde cualquier amante de la historia puede recordar cuatro siglos de convivencia, pero yo quiero ir más allá", dijo la alcaldesa, Rosa Valdeón. "El primer congreso del pasado año afloró nuestra historia de convivencia que han dejado rastro en las personas, en la cultura y en el patrimonio", mencionó a la par que subrayó: "Esta señalización turística es un simbólico de desagravio a un pueblo que injustamente se expulsó, un pueblo que ha demostrado que es un potencial cultural, económico e intelectual". "Queremos que la ruta sirva de ejemplo de tolerancia y convivencia".

Por su parte Jesús Jambrina precisó que la señalización de la judería "podría revitalizar La Lana y La Horta y podría traer más cultura y más vida a estas zonas de la ciudad". El impulsor del congreso mencionó que "Zamora es el contacto entre el judaísmo pre 1492 y posterior a esta fecha. Zamora fue importante para Sefarat y para la diáspora sefardí en el mediterráneo y del mundo". La contribución de Zamora se debió, argumentó "a una academia rabínica, fundada por Isaac Campanton en el siglo XIV, donde acudieron los mayores sabios y rabinos que estaban ejerciendo en Toledo, Guadalajara y Salamanca así como en Lisboa en el momento de la expulsión y que comunicaron esta tradición y el saber al resto de Europa. Ellos, entre otros, fueron el motor de la modernización de la economía".

Sinagoga privada

Posteriormente los asistentes al congreso caminaron hasta la plaza de la Leña. Antes de llegar hicieron una breve estación delante de la puerta de doña Urraca, la antigua puerta de Zambrano. "La cuesta de San Bartolomé era la costanilla de la judería que conectaba a los judíos que luego se mudaron hasta esta zona" en referencia a la calles de próximas al Riego. "Fue la conexión entre la ciudad y la judería nueva que comienza en la puerta de Santa Ana y concluye en la puerta de Zambrano", detalló Jesús Jambrina. Ya bajo la pérgola de la plaza de la Leña, el profesor aseveró que "en los archivos vaticanos hay referencias a casas de judíos de Zamora, entre otros puntos, y sabemos que entre la plaza de la Leña, la plaza Mayor y la iglesia de la Magdalena vivían varios judíos importantes. También sabemos que hubo una sinagoga privada que perteneció una familia de judíos conversos que la donó para que se hiciera la iglesia de Santa María La Real que estaría muy cerca de la actual Santa María".