Tres polladas diferentes de búho chico, una con tres aves y dos con cinco se han visto esta primavera en el bosque de Valorio, especialmente una de ellas que se encontraba justo a la vera de uno de los caminos. El blog "depaseo por la naturaleza", de J. Barrueso, ha documentado en una de sus últimas entradas el acontecimiento que tanto ha llamado la atención a muchos de los viandantes de Valorio. "Hacía casi tres años que no se veía una población como esta en Valorio y siempre es una alegría", explica el bloguero.

"Los pollos me miraban expectantes. Curiosos. Giraban la cabeza y abrían los ojos desmesuradamente. Las diferencias entre ellos eran evidentes, mientras unos estaban con un plumón blanco otros estaban casi emplumados; no parecían miembros de la misma pollada pero nada más lejos de la realidad, todos eran hermanos que se movían por las ramas esperando todo el día a que sus padres aparecieran, a partir del anochecer, para darles de comer. Estaban quietos. En silencio. Esperando". Así describe Barrueso el hallazgo del búho chico, un tipo de ave que no es rara en el bosque de Valorio, aunque no se sabe muy bien por qué no se encontraba en los últimos años: quizá por falta de comida, porque se viera desplazada por alguna otra especie como el cárabo y otra razón. Habría que realizar un estudio científico para comprobarlo . Barrueso explica en su blog cómo "el búho chico anida en viejos nidos de otras aves, sobre todo urracas, y una vez que los pollos van creciendo salen del nido y se mueven de rama en rama, siempre cerca, hasta que se empluman definitivamente".

Hay tres elementos que hacen del búho chico un ave letal en la oscuridad de la noche para sus piezas de caza predilectas: su vista, su oído y su vuelo.

"Su vuelo impresiona por la ausencia total de sonido., hecho que se debe a que sus plumas están aserradas en sus extremos para amortiguar el sonido que producen al chocar entre ellas, así como a la disposición especial de las plumas que hace que el aire fluya entre ellas y no provoque sonido por rozamiento. Sus ojos son de un intenso color naranja que se abren y cierran lentamente". Unos ojos que llaman mucho la atención de quienes avistan estas rapaces, por su intensa mirada, y que suponen "una herramienta de precisión que el búho utiliza a la perfección".