«Lo que intento hacer es escribir porque tengo algo que decir, por una necesidad de transmitir y de comunicarme, pero los resultados que tienen en las personas que lo leen... no lo puedo saber», precisa el poeta zamorano Jesús Hilario Tundidor, Premio Castilla y León de las Letras en la edición de 2013 según dio ayer a conocer el jurado del galardón.

Los expertos acordaron por unanimidad otorgarle este premio al escritor, miembro del denominado grupo del 60, por «su amplia, cabal y profunda manera de entender el sentir poético, por la hondura y el simbolismo de una poesía que deconstruye y reconstruye la realidad de su mundo y del mundo, por la universalidad de su temática» así como «por los valores incuestionables de una obra que, traducida a numerosos idiomas, bebe en las fuentes de la mejor tradición poética».

Además, el comité, integrado por, entre otros, Elena Santiago, Premio Castilla y León de Las Letras 2002; Luciano González, Premio Castilla y León de Letras 2004; Nicolás Miñambres, catedrático de Literatura, o Antonio Piedra, director de la Fundación Jorge Guillén, califica a Jesús Hilario Tundidor como «exponente del magnífico caudal literario de una comunidad que ha hecho de las letras identidad y esencia» .

«¡Menudas cosas dicen de mí, no sé si me lo merezco?es demasiado!", indica el premiado a este medio telefónicamente, tras serle leídos los méritos que apreciaba en él el jurado. Todavía sorprendido por la concesión del galardón y entre el aluvión de llamadas que recibió, detallaba que minutos antes de atender a este diario le comunicaban desde Valladolid su concesión. Una llamada que respondió, según confesó, «cuando estaba ordenado mis papeles para hacer una bibliografía actualizada, pues soy muy mayor».

«Este premio es una gran satisfacción» y «estoy muy agradecido», decía el poeta que supera los quince poemarios editados, y que insiste en que, sobre todo, «soy un hombre dedicado a la escritura». «Siento toda la alegría y la emoción que puede sentir un castellanoleonés por tratarse de un reconocimiento hecho por su gente, en su tierra y en su lengua materna», enfatizó.

En su domicilio de Madrid, donde otros teléfonos no dejaban de sonar mientras que conversaba con este diario, el zamorano atestiguó que este galardón «es uno de los premios que más he deseado en toda la vida» para a renglón seguido subrayar que este premio es aquel que «todos los escritores castellano leoneses que lo tienen debemos de agradecer y además los habitantes de la región deben agradecer por tener escritores como los que han sido galardonados anteriormente», entre los que figuran autores de la talla de Miguel Delibes, Antonio Gamoneda, José Jiménez Lozano, Julián Marías, Gonzalo Torrente Ballester, Josefina Aldecoa, Antonio Colinas, José María Merino, José Luis Alonso de Santo o el zamorano Claudio Rodríguez.

El zamorano también tuvo palabras para los expertos que le han elegido. «Agradezco a todo el jurado la atención que ha tenido con los libros he publicado y con mi poesía».

El poeta, cuyo nombre había sonado en reiteradas ocasiones en las quinielas relativas al galardón regional, y que ha logrado entre otros reconocimientos el Adonais en el año 1962 por «Junto a mi silencio» o Premio de la Academia Castellano-leonesa de Poesía en el año 1999 por su trayectoria poética, analiza rápidamente los premios cosechados en carrera: «Sin duda el de mayor asombro porque era muy joven y que me impulsó a seguir escribiendo fue el Premio Adonais, pero el Premio Castilla y León de las Letras apoya dos cosas, por un lado mi orgullo como castellanoleonés y por otro lado mi vida entregada a la poesía».