Un zamorano de Fermoselle, Raimundo Castro Mayor, fue el primer doctor que colocó una prótesis de cadera en España. Considera que el rey pudo elegir para operarse muchos centros excelentes en el país y que don Juan Carlos ha tenido mala suerte, ya que las infecciones de las prótesis de cadera son poco frecuentes.

-¿Dónde aprendió la técnica de la colocación de prótesis de cadera?

- Yo estuve en Inglaterra seis años y pico, formándome en traumatología, en el Royal National Hospital de Londres, seguramente el hospital más importante del mundo en aquella época. Estoy hablando de un periodo entre los años 1959 y 65. En ese momento fue la época en la que se empezó a desarrollar de una manera importante y científica la prótesis de cadera. Yo tuve la suerte de formarme con los pioneros de las prótesis de cadera en el mundo. Estuve con ellos de ayudante de primera línea.

-Y luego regresó a España.

-Cuando me vine a España se convocaron las primeras oposiciones que hubo a médicos traumatólogos de la Seguridad Social y tuve la suerte de sacar una plaza. Tenía mucho interés en implantar las prótesis en España, y en el año 1975 implanté la primera en el hospital de aquí de Almería de la Seguridad Social. Fue la primera que se hizo en España. Naturalmente desde entonces se han venido practicando de una manera continua, pero se puede decir que yo fui el iniciador.

-Desde entonces, supongo, se habrá desarrollado mucho.

-Si, y ha alcanzado cotas muy importantes de seguridad, pero no una seguridad total. Las prótesis tienen unos riesgos de complicaciones importantes, que son variables con arreglo a muchos factores. Intervienen la técnica de implantación, la selección del material, las variables que cada paciente tiene, la edad, etcétera.

-La colocación de prótesis de cadera se ha puesto de actualidad a raíz de la operación del rey. No es muy frecuente que se produzcan infecciones, como ha ocurrido en el caso del monarca, ¿verdad?

-Antiguamente, al principio, en las primeras épocas la infección era más frecuente que ahora, sin ser un porcentaje demasiado elevado. Influyen los quirófanos, la experiencia...todo lo que es una cirugía nueva necesita un tiempo de rodaje, un tiempo de desarrollo de las condiciones técnicas y demás. Entonces al principio el índice de infecciones era mayor, aunque como digo no muy grande. Las cifras actuales de infecciones en este tipo de intervenciones están entre el 1 y el 2%.

-¿A qué se debe?

-Pues hay que pensar que no siempre es por técnicas defectuosas o falta de experiencia, sino por otros factores, como que el paciente radiológicamente esté deteriorado, enfermos por ejemplo que han tenido muchos tratamientos, porque todas las medicinas tienen riesgos. Ahora el riesgo de infecciones es mínimo, pero ese 1-2% da muchas complicaciones. El gran peligro de las prótesis y de cualquier intervención son precisamente las infecciones, es una tragedia cuando se infecta un caso.

- ¿Por qué?

-Porque el tratamiento no siempre es fácil y no siempre es satisfactorio. No sólo en la traumatología y la ortopedia, sino en cualquier rama de la medicina tenemos mucho miedo a las infecciones porque no todas se pueden resolver satisfactoriamente.

-Por eso se tiene tanto cuidado con la asepsia de quirófanos e instrumental.

-Claro. Y ha de tener en cuenta que las infecciones no siempre se cogen en el quirófano. Si una persona tiene, por ejemplo, una pieza dental infectada, o una infección en la boca, en el riñón o el tórax, por vía hematógena, es decir, por el torrente sanguíneo puede llegar a infectar la prótesis. Aunque esté en una zona lejana, por ejemplo la cadera, puede meterse cualquier microbio y depositarse en sitios que están orgánicamente deteriorados, como las zonas que se han operado. Y pueden venir de un foco lejano, muy lejano.

-¿Qué tratamiento había antes de empezar a colocar las prótesis, en aquellos primeros tiempos?

-La rotura de cadera es tan antigua como la humanidad. Desde que existe el hombre el riesgo de enfermedades y roturas de huesos está ahí presente. Rara es la familia en la que no hay algún antecedente; la típica frase de la abuela se ha roto la cadera. Antiguamente eso era una tragedia porque significaba la muerte. Antes la época que estoy hablando de la década de los 50 no había método para operarla. Se operaban de una manera tan cruenta como es abrir la cadera, con o sin anestesia, sin medios para prevenir la infección y teniendo que estar prácticamente atados a la cama sin moverse. Eso lo he vivido cuando llegué a España: se colgaba la pierna a los pacientes con unos pesos. Las posibilidades de infecciones, tromboflebitis, úlceras de decúbito, de complicaciones cardiacas o respiratorias eran altas. Y estas prótesis evitaron todo esto. A los pacientes se les operaba, se cerraban y a los cuatro o seis días empiezan a caminar y sobreviven en buena medida. La cifra de complicaciones al principio estaba en el 8-10%; ahora ha bajado al 1-2%. No se pueden eliminar de una manera rotunda porque dependen, como he dicho antes, de muchos factores. Los enfermos que tenían artrosis, fracturas, displasias, deformaciones de la cadera, enfermedades reumáticas, todos estos se salvaron gracias a las prótesis de cadera o de rodilla.

-¿Le fue fácil conseguir el material y el permiso de sus jefes para empezar a poner prótesis de cadera en la Seguridad Social?

-Aprendí allí la técnica y estaba loco por llegar a España y colocar la primera prótesis. Pero claro, en España ni se vendían. La verdad es que tuve que hacer algunos chanchullos. Por ejemplo, tenía que traer las prótesis personalmente porque en España no se vendían. El primer caso que tuve fue una persona de aquí de Almería, de Carboneras, que se había roto la cadera. Peleé con la Seguridad Social la posibilidad de hacer la operación; yo tenía unas cuantas prótesis que había traído de Inglaterra y bueno, se hizo. Fue una revolución, salí en los periódicos y a partir de entonces se fueron haciendo. Sí es verdad que tuve algunos problemas porque claro, no se conocían aquí, había que pedirlas de forma legal a Inglaterra, no había suministros de estas prótesis, que no eran baratas, ni lo son ahora, y tuve que convencer al administrador de entonces de la Seguridad Social de que había buenos resultados y ya se arregló todo. Se normalizó este tipo de implantes y en Almería concretamente, hasta que yo dejé la jefatura de servicio, hace seis o siete años raro era el día que no se hacía alguna intervención de este tipo, de cadera o de rodilla.

-Ahora es una operación normal en cualquier hospital.

-Ahora en cualquier centro en España de cierto nivel en el que no haya cirujanos que estén a la par que los mejores del mundo. En España hay cirujanos, no sólo en traumatología, sino en cualquier campo, que están capacitados como en los mejores países del mundo.

-¿Cómo ha ido evolucionando el mundo de las prótesis?

-No hay gran diferencia entre las actuales prótesis y las del siglo pasado. Si es verdad que hay muchos detalles, por ejemplo, si se implantan con cemento o sin cemento, si es de una manera roscada o a presión, se va mejorando la morfología de la prótesis....pero claro la prótesis ideal todavía no se ha conseguido. Se están buscando materiales más inertes, que no tengan rechazo. Y ahora tenemos muchos modelos, hay cientos de modelos diferentes y cada diseñador estudia mejoras.