El director general de Carreteras del Ministerio de Fomento, Jorge Urrecho, anunció ayer que las obras de la autovía A-66 entre Zamora y Benavente arrancarán de forma inmediata e incluso aseguró que «ya están llegando las máquinas». Las declaraciones del alto cargo, recogidas por la agencia Ical, se produjeron durante la visita que realizó, en compañía del delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano, a las obras de la ronda exterior de Valladolid, VA-30, y las del tramo Valladolid-Villanubla de la A-60, que deberá unir la capital vallisoletana con León.

Con respecto a las obras de la autovía Zamora-Benavente, que se ejecutarán mediante la fórmula público-privada , el director general de Carreteras dijo que el Ministerio está apoyando a la empresa concesionaria para la consecución de financiación a través de contactos con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI). En todo caso la empresa anunció recientemente que había conseguido financiación por lo que los trabajos, una vez listos el resto de trámites, podrían comenzar en breve. Eso si, con bastante retraso respecto a la fecha prevista del 30 de junio que en su día fijara el propio Ministerio, para que la ministra viniera a colocar la primera piedra.

Urrecho indicó que la construcción de los últimos 49 kilómetros de esta autovía está más cerca después de que la firma haya logrado la financiación en el mes de julio, con lo que el «tiempo empieza a contar» para que la obra entre en servicio en un plazo de dos años, que es el compromiso de la empresa.

Otra vía que se encuentra en el aire en la Comunidad es la Autovía del Duero, la A-11. Al respecto, el alto cargo se refirió únicamente al tramo que parte de Valladolid hacia Soria, y no al de Zamora-frontera portuguesa. Con respecto al primero admitió que existe una «tramitación bastante complicada» y que hay un trazado de consenso que «evitará problemas con los viñedos». En agosto de 2012, recordó, se publicó la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del tramo conflictivo entre Tudela de Duero (oeste) y Quintanilla de Arriba, seleccionando la alternativa «Duero Norte». Ésta propone la división en dos subtramos: Quintanilla de Arriba-Olivares de Duero (14,5 kilómetros) y Olivares de Duero-Tudela de Duero (20,4 kilómetros), con un coste previsto de 168,51 millones para un total de 34,94 kilómetros. En este sentido, confió en que esta propuesta sea definitiva y puedan comenzar las obras. «Tenemos que ir paso a paso, determinar el trazado adecuado, terminar el proyecto, contar con dinero y licitar la obra», indicó Urrechu.

Actualmente en la autovía A-11, sólo se trabaja en la construcción de la variante de Aranda de Duero (Burgos), que atraviesa los municipios de Aranda de Duero, Castrillo de la Vega y Fresnillo de las Dueñas. La ejecución de estos 15 kilómetros está previsto que continúe este año, aunque en la medida que lo permitan los 105.000 euros consignados en los presupuestos de 2013. El tramo, adjudicado en 54,1 millones en 2008, se encuentra ejecutado en un 47 por ciento, tras casi tres años en obras, ya que ha sufrido diversos parones. Los tramos entre Zamora y la frontera portuguesa están en la fase de redacción del proyecto desde hace varios años, y no se moverán de este punto hasta que las posibilidades presupuestarias lo permitan.

Con respecto a la ronda exterior de Valladolid, que era el objetivo principal de la visita del director general a la capital de la región, el Ministerio condía en adelantar la apertura completa de la VA-30, al verano de 2014, gracias al incremento de las anualidades destinadas a esta vía, hasta los 106 millones de euros, y a la agilidad en el ritmo de las obras. Sin embargo, precisó que, de forma oficial, la culminación de las mismas se prevé en enero de 2015.El alto cargo recorrió los13 kilómetros que separan su conexión con la A-62, en Cabezón de Pisuerga, y el enlace con la A-11, poco antes de llegar al Polígono de San Cristóbal. Una vez concluido, permitirá unir la A-62, Burgos-Portugal, por dos puntos diferentes de la ciudad, dado que ya entró en funcionamiento el tramo de casi diez kilómetros entre Arroyo de la Encomienda y el propio complejo industrial en octubre de 2010.