En un mundo donde el dinero todo lo mueve, el banco del tiempo de Zamora y sus socios llevan ya dos años dando la lección de que se pueden conseguir cosas sin que medie una moneda de cambio. El tiempo es el motor de este proyecto, que se ha asentado en la ciudad superando ya las mil horas de intercambios, 83 de ellas solidarias, entre los más de cien asociados.

Este fin de semana sus miembros celebraron su segundo cumpleaños y, fieles a su filosofía, lograron hacer una fiesta sin apenas gastos, cada uno aportando lo que podía y teniendo como sede la asociación de vecinos de Olivares, con quienes han colaborado en varias ocasiones, la última de ellas en el rastrillo solidario, que volverá a repetirse este domingo, día 23 de diciembre.

Dos años después, los objetivos con los que nació la asociación siguen vigentes. Desde ayudar a reconocer las habilidades de cada uno y conciliar la vida laboral y familiar, hasta fomentar la integración de personas recién llegadas a la ciudad, facilitar la relación intergeneracional o mejorar las relaciones entre vecinos a través de los intercambios propuestos.

El banco del tiempo crece con sus nuevos miembros, enriqueciendo el tipo de actividades. Las últimas son tan variopintos como pintar un salón, acompañar al médico, ayudar a montar un escenario, sesiones de masaje o costura, una traducción de inglés o la distribución de carteles. El límite lo ponen los propios integrantes, que son quienes se deben poner de acuerdo para esos intercambios.

Hacerse socio del banco del tiempo es muy sencillo, empezando por contactar con la agrupación a través de teléfono (633.16.21.97) o correo electrónico (bancodeltiempozamora@gmail.com) para concertar una primera cita y realizar la pertinente entrevista, donde se explicarán aquellas habilidades que el nuevo miembro quiera aportar al banco y las necesidades de ayuda que tenga en diferentes ámbitos.

Una vez confeccionado el perfil, se asigna un número de socio y ya se puede tanto ofrecer como recibir intercambios, poniéndose en contacto las dos partes interesadas y acumulando así horas de pago y cobro en su cartilla.

La presidenta del banco del tiempo, Teresa Fuentes, reconoce que las personas «no están hechas para vivir de manera individualista» y que proyectos como estos recuperan en gran medida «una forma de relacionarnos de manera más armónica y acorde con la naturaleza del ser humano».

Fuentes remarca que en el banco del tiempo «no se practica la caridad, sino la solidaridad entre sus asociados. Todos tenemos algo que aportar, así como necesidades que pueden ser cubiertas. Se trata de dar y tomar. Ese es el lema del banco, que además hace más fácil pedir lo que se necesita y sentirse útil dando lo que se pide», argumenta.

La falta de tiempo no es excusa para no participar en esta propuesta. «Cuando se ponen en contacto dos socios para que se produzca el intercambio siempre tiene que haber un acuerdo, por lo que la cita se puede aplazar o contactar con otro socio», explica. La situación actual también juega a su favor. «Sin duda, en estos tiempos en que vivimos, el banco es una herramienta muy útil para recuperar la solidaridad, que en el pasado era cultura y tradición a través de habilidades y conocimientos, creando una red de apoyo mutuo», recuerda.

Sin ayudas, desde hace unos meses la agrupación se ha visto obligada a tener que cobrar una cuota anual de 10 euros para cubrir los gastos de teléfono e Internet, aunque esperan que sea algo transitorio. «Queremos pensar entre todos de qué forma podemos autofinanciarnos, para que este pago coyuntural desaparezca», explica la presidenta.

«En el banco del tiempo de Zamora el valor principal es el humano, juntos podemos ir dejando una huella a través de un proyecto hecho para crear redes de colaboración y ayuda mutua», anima Teresa Fuentes para hacer todavía más grande este asociación.