El consejo rector es el órgano que ha concentrado la mayor parte de las disputas en las últimas décadas entre los presidentes de las cofradías que componen la Semana Santa. Formado por representantes de todas las hermandades, este filtro previo a la asamblea general ha constreñido la labor de las sucesivas juntas directivas y ha echado atrás buena parte de las decisiones tomadas por el ya expresidente de la Junta, José Francisco González Poza. De ahí que surja como planteamiento la supresión del consejo rector de la futura Semana Santa para dar más libertad al resto de órganos de decisión.

Esta y otras ideas están surgiendo en las reuniones de trabajo que mantienen los miembros de la comisión gestora desde que tomó las riendas de la Semana Santa el pasado 22 de agosto tras el relevo de González Poza. La intención inicial consiste en prolongar la vida de la junta provisional para impulsar el cambio de estatutos, en el que serían claves la citada eliminación del consejo rector o la flexibilización de las vías financieras, tan necesarias en el actual marco de crisis económica.

El plazo para convocar la próxima asamblea extraordinaria y nombrar a un nuevo presidente -es previsible que no haya ningún candidato- finaliza el miércoles de la próxima semana y, hasta la fecha, la comisión gestora ha celebrado varios encuentros en medio de un absoluto hermetismo. «Estamos trabajando en ello», se limita a decir Juan Antonio Haedo, abad del Espíritu Santo y uno de los miembros del órgano provisional.

En la inminente asamblea se barajan tres escenarios si, como parece, ninguna persona da el paso al frente para dirigir la Junta. La comisión actual podría prorrogar su actividad -situación más probable- o podría elegirse una nueva junta provisional. Claro que también podría presentarse de manera espontánea un candidato que sería nombrado presidente de obtener la mayoría (simple) de los votos de los presentes.

No parece, sin embargo, que esto último vaya a ocurrir. «Si hay un candidato en la asamblea extraordinaria y no obtiene un respaldo amplio, debería valorar seguir adelante o no», asevera Rufo Martínez, presidente de la Real Cofradía del Silencio. Este pensamiento parece bastante extendido entre las 13 cofradías -de un total de 16- que han apoyado el relevo en la directiva anterior tras la crisis vivida en la recta final del mandato de González Poza, cuya candidatura salió adelante en diciembre de 2010 con una notable abstención de la asamblea.

Por otro lado, el Obispado aún no se ha pronunciado de manera oficial sobre los planes iniciales de la gestora de prolongar la vida del órgano provisional para llevar a cabo con calma la reforma estatutaria. Aunque parece que el obispo es partidario de elegir a un nuevo presidente y zanjar la crisis que vive la Junta pro Semana Santa, los miembros de la gestora dicen no tener noticia alguna de las posibles reticencias del prelado zamorano a dar continuidad a la junta provisional.

Tanto si es en la inminente asamblea o más adelante, las cofradías que llevan las riendas de la Semana Santa apuestan por un «respaldo mayoritario y sólido» al futuro presidente, tal y como muestra Rufo Martínez. Los presidentes entienden que «nunca antes se ha vivido un clima de unión parecido», añade el responsable del Silencio, ya que hasta la fecha se ha radicalizado el enfrentamiento entre «grandes» y «pequeños», entre las hermandades históricas y las creadas en el siglo XX.

De hecho, la representante de Jesús Nazareno en la comisión, Elena Santiago, explicaba días atrás que la junta ha tenido en cuenta la representación de las grandes (La Congregación y Vera Cruz), las penitenciales (Espíritu Santo y Capas) y una de tamaño medio, como es el Silencio. Ahora solo queda fijar la fecha de la asamblea. Entonces, «explicaremos las gestiones que hemos realizado y la hoja de ruta que planteamos para el futuro de la Junta», explica Rufo Martínez.