Por tercera vez fingió en el calabozo sentirse enfermo para evitar testificar en el juicio oral en el que comparecía como autor de robos en el interior de once vehículos estacionados en la capital -de los que se llevó desde aparatos GPS hasta teléfonos móviles-; de amenazar de muerte con una navaja a los agentes que le detuvieron; y de provocar daños por 300 euros en la parte trasera del coche patrulla en el que, tras ser arrestado, le condujeron a Comisaría en febrero de 2011. El fiscal exige al delincuente, que llegó ayer de Topas, donde está en prisión preventiva, cinco años de prisión: tres por un delito de robo continuado, y dos por resistencia a la autoridad y amenazar con arma blanca a los agentes que le apresaron, primero con una cuchilla de afeitar y después con una navaja.

La argucia ideada, sin embargo, no le funcionó al conocido delincuente y toxicómano. El juez de apoyo del Juzgado de lo Penal decidió celebrar la vista oral una vez que el forense asistió al imputado en el mismo calabozo del Palacio de Justicia y negó que estuviera enfermo. Ni su propio abogado, que trató de llegar a un acuerdo con el fiscal para conseguir una sentencia de conformidad, logró hablar con él antes de iniciarse la vista. El imputado había logrado zafarse de la justicia en otras dos ocasiones, haciéndose pasar por enfermo, con vómitos y mareos, antes del juicio.

Otro de las vistas celebradas ayer en el Juzgado de lo Penal concluyó con la condena a un año de cárcel para un joven de Santa Croya de Tera por plantar hachís en una finca de su propiedad y otra de un vecino. Además deberá pagar 5.000 euros de multa, cuantía que habría ganado si hubiera podido vender esta droga considerada de menor gravedad para la salud. En caso de que no abone esa cantidad, tendrá que cumplir 60 días de cárcel. El joven fue detenido en la localidad de la comarca benaventana el 14 de agosto de 2010.