La crisis está corneando al negocio taurino, especialmente a los ganaderos, que han visto como el precio de las reses bravas ha bajado en los últimos años más de un 30%, ante el descenso del número de festejos que organizan los ayuntamientos. Castilla y León fue escenario a lo largo del pasado año de 2.362 festejos taurinos, un 16,3% menos que en el año 2007, cuando se celebraron en la Comunidad 2.825, porcentaje que se eleva al 30% si se analiza sólo el número de corridas, al pasar de las 115 de 2007 a las 80 del pasado año. Los festejos populares tradicionales, los más arraigados entre los aficionados, son los únicos que salvan de este retroceso.

En Zamora la situación sigue una tónica parecida, con un descenso del 20% en los festejos taurinos. En el último año se celebraron 275, la gran mayoría festejos populares, tipo encierro urbano o vaquillas, que son los únicos que se resisten a la embestida de la crisis económica. Corridas de toros y novilladas, sin embargo, están de capa caída. En 2011 se celebraron en Zamora tan solo siete de estos espectáculos: cuatro corridas, una novillada picada y dos sin picar. Si se abre el abanico a espectáculos asimilables, la situación mejora poco: se celebraron siete corridas de rejones, dos becerradas, cuatro espectáculos mixtos y diez festivales sin picadores (con picadores no hubo ni uno). A estos habría que sumar un espectáculo de toreo cómico.

Los festejos populares, sin embargo, se resisten a desaparecer y todavía son muchos los pueblos que logran mantenerlos, como muestran las cifras facilitadas a Ical por la Junta de Castilla y León. Así el pasado año se organizaron 74 encierros urbanos, 36 de campo, 21 mixtos, 98 sueltas de vaquillas, trece concursos de cortes y dos capeas o probadillas.

Zamora es la cuarta provincia de la región con mayor número de espectáculos taurinos, tras Valladolid, Salamanca y Segovia.

En el conjunto de la región el mayor descenso porcentual en los últimos años, de 2007 a la actualidad, se ha dado en las novilladas picadas, que cayeron a la mitad, casi lo mismo que los concursos de cortes y las becerradas. Un descenso importante, del 38,3% se dio también en las corridas de rejones y algo menor, un 23,9%, en la suelta de vaquillas. Los encierros, sin lugar a dudas los festejos taurinos más tradicionales en la mayoría de las localidades, se salvan de este desplome con un ligero descenso que no llegó al seis por cien.

Esta caída, según los datos facilitados por la Junta de Castilla y León, ha sido generalizada en todas las provincias, aunque Salamanca se lleva la palma en términos absolutos con 131 festejos menos (-22,3%), por delante de Segovia, que perdió 83 (-19,1%) y de Valladolid, que con un descenso de 72 festejos (-8,7%), continúa siendo la provincia con más celebraciones taurinas en la región con 755. En el polo opuesto se sitúa la provincia de Palencia que sólo pierde un festejo y se queda con 79 (-1,25%), y Burgos, que pasa de 97 a 84 festejos (-13,4%). Llama la atención el caso de León, la provincia que menos festejos taurinos celebra y que ha sido la que ha registrado una mayor caída porcentual con un 36,9 por ciento (de 46 pasó a 29). Ávila perdió 54 festejos (-17,7%) y en 2011 celebró 250, mientras que la caída de Soria fue del 22 por ciento para bajar hasta los 85. En Zamora se contabilizaron 275, un 19,5 % menos.

El recorte de los presupuestos municipales se ha trasladado a los empresarios taurinos, que se han visto obligados a rebajar sus presupuestos. Pero si estos ven reducidos sus márgenes, los principales paganos de la crisis están siendo los ganaderos, que cifran alrededor de un 30% la caída de los precios. El ganadero salmantino Manolo Santos explica que el número de festejos que se contratan no ha descendido tanto debido a que muchos ayuntamientos, aunque sea con ganado de peor calidad, se resisten a eliminar festejos tradicionales. Eso sí, más baratos.