M. J. F.

Las dificultades para encontrar un empleo hace plantearse a un buen número de los zamoranos apuntados a las listas del desempleo la posibilidad de cambiar de ciudad en busca de nuevas oportunidades. Una decisión que responde a la crítica situación que atraviesan los hogares de la provincia en los que la mayor parte de sus miembros se encuentran en paro.

Los testimonios de las personas que ayer visitaron las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal de la capital reflejan el drama de las familias que sobreviven con unos ingresos mínimos. Los sacrificios y la reducción de gastos se convierte en las únicas opciones para llegar a fin de mes. «En mi casa somos cuatro y sobrevivimos con los 400 euros de paro que cobra mi padre», reconoce Tamara Vergel, una joven zamorana de 21 años que lleva doce meses buscando trabajo. Prescindir de la línea de Internet e incluso de los teléfonos móviles son algunas de las estrategias de ahorro empleadas por esta familia para estirar el dinero. Dejar el coche en el garaje para recortar el consumo de combustible y el pago del seguro son otras de las fórmulas que permiten arañar unos euros a la paga mensual. El último trabajo de Tamara Vergel fue en una cadena de supermercado de la capital, «pero antes había trabajado de camarera y de lo que hiciera falta», según asegura. Sin embargo, considera que el panorama de futuro no es nada alentador «porque ahora no hay trabajo de nada, ni siquiera en los empleos que antes no quería nadie». Lo mismo opina su novio, Juan José Salvadores, de 22 años, que también lleva doce meses apuntado a las listas de desempleo. «No creo que la situación mejore a lo largo de este año y el siguiente también va a ser malo», según sostiene. En su caso, también ha combinado distintos oficios, desde pintor, a sondista o trabajador de supermercado, «pero en Zamora ahora mismo es imposible encontrar trabajo». Ante esta situación, la joven pareja se muestra dispuesta a abandonar la provincia y cambiar su lugar de residencia «donde nos ofrezcan un trabajo», según afirman convencidos.

Tampoco descartan esta posibilidad César Núñez y Dolores Santana, una pareja de origen dominicano que lleva medio año en paro. «Si la situación empeora y no encontramos trabajo no tendríamos otro remedio que volver a nuestro país», según reconocen. Algo que ya han hecho un buen número de su círculo de amigos que también procedían de la República Dominicana. «Muchos se han ido o están pensando en hacerlo porque las cosas están muy difíciles», asegura César Núnez. Padres de dos hijos, la economía de esta familia depende de las prestaciones del paro que cobra, de momento, la pareja.

Dolores Santana fijó su residencia en la provincia hace seis años y trabajó durante cuatro en un conocido restaurante de la capital que cerró sus puertas y provocó el despido de la plantilla completa. Después de perder su empleo, «he buscado otro trabajo en hostelería pero no hay nada», según asegura. Sin embargo, confía en que «me llamen al menos en determinadas épocas, como Semana y San Pedro, cuando en teoría hay más trabajo en los restaurantes». Su pareja ocupaba un puesto de peón forestal que le obligaba a trabajar fuera de la provincia, a la que sólo regresaba cada quince días. «En Zamora nunca he encontrado trabajo con lo que no me importaría trasladarme a otra ciudad si me ofrecen un empleo», según afirma César Núñez.

También ha trabajado la mayor parte de su vida laboral fuera de la provincia Juan Ángel Durantes, vecino de Villafáfila. Aunque lleva tres años en paro, su larga trayectoria profesional le permite conservar la tranquilidad. «He cotizado 31 años y me quedan ocho para jubilarme por lo que mi situación no es tan mala como la de otras personas», según afirma. Sin embargo reconoce que llegar a fin de mes con poco más de 400 euros le obliga a hacer malabarismos. «Con una cantidad tan pequeña tienes que ajustarte mucho el cinturón pero yo me arreglo», según asegura. Tras trabajar en Madrid y Gerona, este zamorano confía en acabar su vida laboral en la provincia. Estos son sólo algunos de los testimonios de las decenas de personas que visitan cada día las oficinas de empleo de la capital.

Juan José Salvadores y Tamara Vergel Un año en paro

A pesar de su juventud, esta pareja, de 22 y 21 años respectivamente, ha combinado distintos empleos, tanto de camareros como en cadenas de supermercado.

Juan Ángel Durantes Tres años en paro

Gran parte de los 31 años de trayectoria laboral de Juan Ángel Durantes han transcurrido fuera de la provincia, donde espera jubilarse dentro de ocho años.

César Núñez y Dolores Santana 6 meses parados

César Núñez y Dolores Santana abandonaron su país de origen, la República Dominicana, en busca de un mejor porvenir. Sin embargo, ahora se plantean regresar.